Hablaba este fin de semana con algunos amigos sobre el anuncio de los Vision Pro de Apple. Ninguno de ellos es techie techie pero vieron el anuncio en el Financial Times, leyeron nuestras notas sobre el WWDC 2023 en TECHcetera o vieron la amplia cobertura que tuvo el anuncio en medios más masivos y tradicionales. Con ellos compartí mi visión de lo que pasará en el mercado de Realidad Mixta (XR) -que incluye tanto los dispositivos de realidad virtual “tradicionales” como aquellos de realidad aumentada menos comunes- con la entrada de Apple y, claro, discutimos el tema del precio y el futuro de compañías como Meta, quien lidera hoy el mercado.
Hablemos del Precio
$3,499 es costoso. Nadie lo puede negar. Pero una cosa es que sea costoso y otra que sea caro. Según la Real Academia Española, costoso se refiere a algo que “cuesta mucho trabajo, esfuerzo o tiempo”. Producir tres mil quinientos dólares cuesta mucho trabajo, esfuerzo y tiempo, ergo es costoso.
Por otro lado, caro se refiere a “un precio elevado en relación con otros bienes semejantes”. Y ahí viene el primer problema: la mayoría de la gente quiere comparar el Vision Pro con los visores tradicionales de realidad virtual como el Meta Quest ($500) o el Meta Quest Pro (que comienza en $1000) cuando en realidad la comparación debería ser contra unos Hololens 2 ($3,500) o unos Magic Leap 2 (que cuesta entre $3,299 y $4,999)
Right on target, dirían los gringos. El precio de los Vision Pro está ahí junto con el de dispositivos de realidad aumentada que ya existen (pero que pocas personas conocen). He tenido la oportunidad de jugar con los Hololens 2 y son buenos y tienen casos de uso claros y lógicos, sobre todo desde el punto de vista corporativo. Pero si lo que promete Apple -y lo que dicen quienes ya los probaron– es cierto, los Hololens serán como una bicicleta Monark ochentera (sin cambios) al lado de una de las nuevas Harley Davidson eléctricas.
Los Vision Pro no son para usted (¿cierto?)
Cuando salió el iPhone, con un precio de $600 -que era exorbitante en comparación con los demás smartphones y teléfonos del mercado- muchos pensaron que sería un dispositivo de nicho y que pocos lo comprarían. Pero algo extraño pasó (bueno, pasó cuando Jobs dio el brazo a torcer y lanzó el App Store): el iPhone se vendió como pan caliente, cambió la industria y generó una revolución sin precedentes. Cuando Apple anunció el iPhone X y su precio ($999 y $1499) oímos los mismos “uhhhh” y “ohhhh” que oímos el lunes pasado.
Y aunque iOS no es el líder del mercado (su market share está entre 25% y 30% de manera agregada a nivel mundial), el iPhone sí es el dispositivo que más se vende en el mundo. Mire el Top 10 del 2022:
8 de los 10 modelos de smartphone más vendidos fue un iPhone. Es más, entre Enero y Agosto de 2022 el celular más vendido en el planeta fue el iPhone 13. Desde Septiembre, ha sido el iPhone 14 Pro Max. Sí, el Pro Max. El más caro de todos los iPhone que se venden en el mercado. Un dispositivo cuyo precio de entrada de $1099 dólares está MUY por encima de otros smartphones que hay en el mercado pero que aún hoy lidera las ventas en todo el mundo.
El Primer Paso
El grueso de ustedes no pertenece al mercado objetivo de los Vision Pro. Su mismo nombre -con el Pro incluido- lo dice de forma clara. Pero también dice que podemos esperar una versión no pro, los Vision (a secas), en algún momento en los próximos 2 a 3 años. Así como el iPhone original no fue para todos, así como el iPhone X no fue para todos, esta primera versión de los Vision Pro no será para todos, pero pueda que ocurra lo mismo que ocurrió con esos 2 dispositivos y (1) se conviertan en el referente de la industria contra el que todos los demás de comparan y se miden y (2) termine siendo para todos los que pueden comprarlo mientras que los demás se quedarán con versiones económicas y similares al mismo.
Claro, el tema será un poco más complejo y demorado por la misma naturaleza de lo que significa ponerse un computador en la cara. Los Vision Pro son el primer paso en la construcción de una nueva plataforma, de una forma de computador, de una nueva manera de interactuar con el contenido digital superpuesto con el mundo que nos rodea.
Una plataforma que deberá evolucionar, en la que encontraremos ese killer feature como pasó con el Apple Watch, no desde el día uno sino con el tiempo, y en el que los componentes se miniaturizarán, como se miniaturizó el control del Kinect para ser hoy la cámara del Face ID de los iPhone y iPad, para llegar a ofrecer unas gafas que parezcan gafas de verdad. Algo sí, que la gente pueda usar en la calle. Algo así: