“Dispositivo de entrada”, hasta hace algunos años esta frase daba miedo. Cuando uno probaba un Smartphone que era un “dispositivo de entrada” (normalmente se distinguían porque sus nombres terminaban con palabras como Lite o Mini), sabía que el sufrimiento llegaría pronto, procesadores lentísimos, RAM que daban lástima y almacenamiento que aguantaba apenas dos mensajes de texto, una foto y un ringtone en fin “los de entrada” eran un verdadero dolor de cabeza para quienes no podíamos pagar algo con una manzana o una S atrás.
Sin embargo con el tiempo esto fue cambiando, las empresas se dieron cuenta que si querían vender sus cada vez más costosos “flagships” debían entonces cultivar adecuadamente una buena base de fans que apreciaran lo que la marcas les entregaban sin importar el precio. Esto junto la populariación del Smartphone hizo que por mera ley de Moore el precio de la tecnología se desplomara, su rendimiento aumentara y las opciones se diversificaran.
Personalmente siempre he creído que es ahí en dónde se encuentra la verdadera innovación, en la mezcla de elementos que hace a un dispositivo realmente interesante y una buena inversión.
Es por eso que da gusto encontrar smartphones como el Xperia L1 el nuevo “dispositivo de entrada” de Sony, que a mi juicio bien sigue la trayectoria del C5 Ultra y otros tantos dispositivos que supieron dar gratas sorpresas. Hace poco pasé 48 horas probando uno y acá comparto con ustedes mi experiencia.
Tamaño y Textura.
Este es un teléfono grande. Con una pantalla de 5.5 pulgadas, ver videos de Netflix, HBO Go (Cuando no se cuelga) o Youtube es un placer, los 16 millones de colores y la resolución de 1080×1920 píxeles, funcionan perfecto y si bien carece de la nitidez de otros teléfonos, para nada es un inconveniente o representa queja alguna para el usuario promedio. A la luz del sol los colores se mantienen brillantes y las letras definidas. Ahora con respecto a los materiales, es un teléfono de tapara trasera hecha en plástico mate, al principio no me agradaba eso; pero después de usarlo y sentir su textura me di cuenta que no se deslizaba por la mano y aún mejor, no dejaba huellas (la pantalla tampoco es que deje muchas), por lo que terminé cogiéndole gusto. Eso sí, cuidado con las llaves.
Cámara.
No hay mucho que decir, las cámaras Sony son y seguirán siendo muy buenas. En el Xperia L1, nos encontramos con una frontal de 5 Mpxl que funciona bien para selfies y atrás una de 13 Mpxl, que francamente es muy competente e incluso tiene modo manual (que les recomiendo si lo que quieren es producir desenfoques de fondo interesantes). El enfoque automático funciona incluso en condiciones de baja luz, pero tengan cuidado, tómense su tiempo si lo que quieren es que trabaje sin flash en condiciones de oscuridad. Me gusta su balance de blancos y aunque sus colores no son los más vivos su nitidez es bastante buena. Acá los dejo con algunos ejemplos de lo que es capaz de hacer.
Rendimiento y Desempeño
El L1 tiene como núcleo un Mediatek MT6737T (menudo nombre!), quad-core que corre a 1.4 Ghz., acompañado de una memoria RAM de 2 Gigas y un almacenamiento interno de 16 Gigas. Si bien y he de ser franco no es mi procesador favorito, realmente no se queda colgado, la experiencia es fluida tanto en apps como en juegos, por ejemplo la foto del camión fue editada en Lightroom Mobile, (que no es precisamente liviano) y funcionó sin mayor complicación. Aprovechando también el tamaño de la pantalla pasé varias horas jugando Need For Speed y de nuevo la experiencia se sintió fluida. Quizás lo único con lo que tengo queja es con el sonido, con audífonos suena muy bien los parlantes incluidos no son lo mejor, con una tendencia hacia los agudos.
Batería
Con 2620 mAh tenemos energía para un día completo (si no se ven 4 episodios seguidos de House Of Cards), hasta ahí lo que se espera, pero lo que de verdad me sorprendió es que tiene un puerto de carga USB tipo C!, hágame el favor que sorpresa, me parece un paso acertado que asegura la compatibilidad del dispositivo con esta tecnología cada vez más común. Eso sí, guarden ese cable con el alma, pues no son económicos y para colmo el puerto es incompatible con los demás que encuentra uno en cada semáforo a 5.000 pesos o con los de teléfonos más antiguos.
Algunas ideas finales:
- Por 672.000 pesos es un excelente teléfono, gran pantalla y buen diseño, es como dirían las tías “de buena presencia”
- Tiene también NFC, por lo que los amantes de conectar el teléfono hasta con el microondas no se verán decepcionados, además de ser compatible con sistemas de pago con el móvil.
- Se extraña un poco el bloqueo con huella y el botón dedicado a cámara, al igual que la resistencia al agua, pero de nuevo, en su relación precio / prestaciones sigue siendo muy interesante.
- Ay Sony! Unos audífonos incluidos no hubieran caído mal.
En conclusión Sony presenta un terminal interesante, vigente y con buenas capacidades, para los usuarios que quieren un dispositivo de un buen precio con algunas prestaciones y “pinta” de gama más alta es una excelente opción.
Andrés Felipe Sánchez
@innovandres