Muchos trabajos son los que aparentemente están en peligro desde la llegada de la IA y muchos otros surgirán pero, hasta el momento, el único trabajo que parece estar a salvo del auge de ChatGPT y otras tecnologías de Inteligencia Artificial es (curiosamente), el rol más costoso y fácilmente automatizable: el CEO.
Recientemente, los directores ejecutivos han pasado mucho tiempo amenazando con reemplazar a sus trabajadores holgazanes e improductivos por intermedio de la IA, sin embargo, nunca parecen enfrentar el mismo nivel de escrutinio que enfrentan otros empleados. Pero lo cierto es que si se observa un poco más de cerca, queda claro que el papel del CEO moderno no sólo está roto, sino que podría desempeñarse fácilmente con la tecnología que tenemos actualmente. No deje de conocer los mejores datos sobre este tema aquí en TECHcetera!
CEO: Rol más costoso y, aparentemente fácilmente de automatizar
Por lo que se ha podido conocer, los principales directores ejecutivos de Estados Unidos ganan más de 300 veces más que el trabajador promedio, a pesar de que su deber principal es tomar decisiones de optimización fácilmente replicables basadas no en una comprensión real del negocio, sino más bien en información de hojas de cálculo que les suministran los consultores.
Lejos de ser un contribuyente real a los resultados de una compañía, el movimiento de los “CEO superestrellas” de finales del siglo XX ha dado paso a una generación de ejecutivos que operan primordialmente como testaferros con poca responsabilidad real o rendición de cuentas.
Pero, tal parece que la solución es bastante simple; debemos responsabilizar a los directores ejecutivos de la misma forma que lo hacemos con los empleados o disolver el cargo por completo. Es vital tener claro que, un director ejecutivo debe contribuir significativamente de una forma que sea mensurable y ofrezca un valor claro para la empresa. En su defecto, el papel opaco del CEO debería ser el primero en ser reemplazado por la IA, un modelo de Inteligencia Artificial probablemente daría respuestas más rápidas (entre otros aspectos), porque estos modelos son capaces no solo de eso, sino de mucho más.
¿Qué es lo que estos ejecutivos hacen a diario?
Sin lugar a dudas, cabe hacerse la pregunta; ¿Qué es lo que estos ejecutivos hacen a diario y que crea tanto valor? Un estudio de Harvard de 2018 sobre 27 directores ejecutivos intentó responder esta pregunta. Por lo que se debe mencionar que el informe final clasificó las diversas tareas de los ejecutivos en categorías que suenan impresionantes como:
- Personas y relaciones.
- Revisiones funcionales y de unidades de negocios.
- Estrategia.
Pero, profundizando un poco, queda claro que estas asignaciones de tiempo, lastimosamente, se está enmascarando el hecho de que los ejecutivos tienen muchos problemas para decir o explicar a qué se dedican.
El ex director ejecutivo de Procter & Gamble, AG Lafley, escribió en 2009 un artículo en Harvard Business Review titulado “Lo que sólo el director ejecutivo puede hacer”. Alguna vez descrito como el “CEO más exitoso en la historia de P&G” Así es como describió su rol de CEO:
“El CEO es el único que experimenta el exterior significativo a nivel empresarial y es responsable de comprenderlo, interpretarlo, defenderlo y presentarlo para que la empresa pueda responder de una manera que permita ventas sostenibles, ganancias y retorno total para los accionistas (TSR) crecimiento”
Lafley parece resumir su posición y valor para la empresa como alguien que realmente no hace ni tiene responsabilidad alguna sobre nada y al mismo tiempo, tiene más poder que cualquier otra persona en la organización.
Un director ejecutivo se ha convertido en una figura decorativa que hace llamadas basadas en vibraciones con alguna reunión ocasional o un golpe de prensa mezclado. Pero, no se debe malinterpretar, una empresa habitualmente necesita una figura decorativa y usted necesita a alguien con una perspectiva de toda la empresa que pueda guiar una organización y tomar decisiones. Necesita a alguien que defina la misión y luego haga que la empresa cumpla esa misión. Pero, cabe acotar que si el único papel del ejecutivo es tomar estas decisiones sin ninguna otra contribución o incluso, responsabilidad por los resultados, el papel pierde o desperdicia gran parte de su valor. Si el trabajo de un director ejecutivo es simplemente tomar datos y regurgitar extrapolaciones que generen “eficiencia”, no se me ocurre ningún papel más apropiado para reemplazar a la IA.
Un ejecutivo que nunca ha tenido que contribuir directamente al producto que produce los ingresos para pagar su salario, es el trabajo más fácilmente automatizable de todos los tiempos. Los ejecutivos que sólo “hacen llamadas”, firman contratos o dan entrevistas insípidas en los medios no están haciendo su trabajo: son software de productividad glorificado, una máquina de regurgitación apenas relevante construida a partir de un núcleo de privilegio y explotación. Estos directores ejecutivos no hacen el trabajo, escuetamente consultan una base de datos de otros ejecutivos y trabajadores reales para, “aparentemente,” hacer llamadas sin ninguna experiencia práctica o convicción real detrás de la decisión.
Lo que debe ser el CEO de una empresa
El director ejecutivo de una empresa de tecnología debería poder codificar, construir o incluso, diseñar. El director ejecutivo de una empresa de entretenimiento por su parte, debería haber estado directamente involucrado en la creación de películas o programas de televisión exitosos.
Un director ejecutivo tiene que ser alguien que tenga un papel activo en la generación de ganancias del negocio, bien sea construyendo activamente la empresa o cerrando acuerdos y asociaciones que generarán dichos ingresos. Incluso, dichos directores ejecutivos también deben ser directamente responsables de métricas reales y su salario debe vincularse directamente al éxito del negocio, la felicidad de los clientes del negocio y la felicidad de sus empleados.
Y… ¿Entonces?
Ahora bien, aún existen grandes retos al pensar en una Inteligencia Artificial General que pueda percibir, adquirir conocimiento, analizar y aprender de cualquier tipo de ambiente o contexto y hasta ser consciente de su propia existencia (singularidad) como para tomar decisiones acerca de la data adquirida sobre la marcha, procesarla y cada vez volverse mejor en todas y cada una de las labores que implican ser el jefe interino de una compañía.
Así las cosas, todo parece indicar que aún falta mucho para que una IA pueda llegar a tomar las riendas de toda una organización superando a la inteligencia humana dado que la actividad de un CEO, por concepto no es operativa, implica el razonamiento crítico, la creatividad y, sobre todo, la capacidad de pensar más allá de situaciones preestablecidas que puedan ser parte de un algoritmo
