Pueda que esto le suene a un first-world problem porque la verdad en América Latina usamos WhatsApp y poco usamos los mensajes de texto. Pero en Estados Unidos y Europa la gente usa mucho las aplicaciones nativas de Android y iOS para enviar “mensajes de texto” a sus familiares, amigos y contactos sin entender muy bien por qué algunos, en el caso de los usuarios del iPhone, son verdes y otros son azules.
La razón es sencilla: si bien en el iPhone la aplicación de Mensajes permite el envío y recepción de SMS y MMS, cuando 2 usuarios del ecosistema se comunican entre sí, se utiliza iMessage, una aplicación propietaria y cerrada de Apple. Una aplicación mucho más poderosa y segura que los SMS en la que Apple tiene control absoluto.
Google lleva ya un buen tiempo presionando a Apple para que permita la interoperabilidad de iMessage con RCS, el nuevo estándar de mensajería de texto que sus aplicaciones utilizan y Apple no tiene intención alguna de hacerlo. ¿La razón? iMessage es una de las razones por las que los papás le compran a sus hijos iPhones y no Android más baratos.
Ahora, luego de llevar meses con la campaña #GetTheMessage, Google ha enlistado a un puñado de operadores móviles en Europa para llevar el caso ante la Comisión Europea y exigirle a Apple, bajo el marco del Digital Markets Act, que abra iMessage y permita su interoperabilidad.
Es importante recordar que bajo esa ley Apple ha designado como un Gatekeeper y debe cumplir con varias diposiciones. Sin embargo, en la lista de servicios que quedaron cubiertos por la norma no está iMessage, como les contamos hace un par de meses. El App Store, sí. Safari, sí. iOS, sí. Pero iMessage no, sencillamente porque su nivel de uso de Europa -menos de 45 millones de usuarios- no cumple con las condiciones iniciales establecidas por la UE para ser incluido en la lista.