Este artículo fue originalmente publicado en la Revista Soho del mes de Noviembre de 2011 donde Samir Estefan es colaborador habitual de la sección Gallos.
Me sorprenden los mayas y sus profecías. Me sorprende que hayan podido prever el cambio que se nos avecina. Los mayas sabían que estaríamos entrando a una época de iluminación en la que la humanidad daría un cambio radical y se liberaría de algunas de sus ataduras más funestas. Estoy convencido de que ellos sabían que estaría cerca el fin… del BlackBerry.
No se desespere, amigo blackberriano, no es el fin: es el comienzo. ¡Pare de sufrir! ¡Deseche esas malas costumbres! Cómprese un smarthphone de verdad.
En el último mes hemos visto nuevas versiones de los sistemas operativos para dispositivos móviles de parte de Google (Android Ice Cream Sandwich), Apple (iOS5), y Microsoft (Windows Phone Mango). Y debo confesar que todas me parecen campeonas.
Android hizo un trabajo espectacular de homogenización de su experiencia, con mejor multitasking, sistemas de reconocimiento facial e integración de información.
Apple mejoró sus notificaciones, presentó su sistema de mensajería instantánea e introdujo Siri, un “asistente virtual” que permite hacer muchas de las tareas con comandos de voz.
Microsoft, por su parte, dio varios pasos hacia adelante y puso a Mango en el mismo nivel de las otras dos opciones. El dinamismo de los recuadros, la integración de correo, los chats y demás funciones sociales y el sistema de búsquedas simplificado (que no requiere de input manual, sino que usa localización e imágenes) son extremadamente buenos. Creo que lo único que le falta es más aplicaciones, pero eso llegará pronto pues la plataforma tiene potencial.
Pero no es todo: también vimos nuevos teléfonos de los principales fabricantes. LG, HTC, Samsung, Apple, Motorola y Nokia mostraron sus nuevos dispositivos, con pantallas que van desde 3,5” hasta 4,2”, cámaras mejoradas (incluso algunas que toman fotos y videos en 3D), mayor duración de las pilas y mejores velocidades de conexión.
Creo que ya no hay excusa para seguir usando un sistema del siglo pasado, ¡literalmente, del siglo pasado! Con tantos nuevos dispositivos, más y mejores sistemas operativos y la integración de comunicación entre los mismos, ha llegado la hora —si no lo ha hecho aún— de comprarse un smartphone de verdad.