Leía, tal vez en algún periódico, acerca de un reciente discurso del Presidente Santos en dónde se hablaba de la política de datos abiertos como fuente de innovación desde el estado hacia los ciudadanos. La afirmación responde, desde luego, a la coherencia del discurso del actual gobierno, donde la innovación tiene una posición de altísima relevancia dentro de la estrategia. Quisiera poner el pensamiento de los datos abiertos en el congelador por un momento, para retomarlo mas adelante en el artículo.
Una reciente encuesta, elaborada a nivel global por una de las mas importantes firmas consultoras del mundo, indica que casi la mitad de los presidentes de las grandes empresas colombianas tiene a la innovación como su principal prioridad de inversión en el corto plazo. Por mi trabajo debo hablar con altos ejecutivos del mundo empresarial y generalmente tengo acceso a sus planes estratégicos. Una constante que he notado es la presencia de un cuadrante estratégico enfocado en la innovación, pero otra constante, algo preocupante, es justamente que los empresarios no saben que hacer para impulsar la implementación de ese cuadrante. Es paradójico, pero suena a que se hace necesario innovar en el tema innovación.
Un famoso economista, Joseph Schumpeter, introdujo el concepto de innovación en el mundo empresarial definiéndolo como la clave del crecimiento económico. Innovar no viene sin sus problemas, por definición innovar pone en riesgo el status-quo, razón por la cual algunas organizaciones deliberadamente son las encargadas de matar sus propios esfuerzos innovadores. Pero si no innovan, o innovan mucho como lo relata Clayton Christensen en el Dilema del Innovador, se ponen en peligro frente a competidores que no logran detectar hasta que es algo tarde. Se trata generalmente de emprendedores que llegan con ideas nuevas y simples, y que se acomodan generalmente mejor y mas rápido a las necesidades de los clientes.
Consultores y expertos en los temas de innovación han trabajado en implantar sistemas de gestión e ideación que producen numerosas y valiosas ideas al interior de las organizaciones. Una constante, sin embargo, es dejar todo ese esfuerzo, conocimiento e información documentado en el papel, sin que se convierta en realidad. Se queda allí por dos razones principales, la primera es la falta de un dueño que tome esas ideas y las convierta en realidad, la segunda está sustentada en el argumento que planteaba un poco mas atrás, la innovación por definición amenaza el negocio tradicional y quienes deben innovar, ven a la innovación mas como una amenaza que como una oportunidad.
Regresando al discurso del Presidente Santos, celebro con furor que el gobierno este implementando una política de datos abiertos. Esto en principio significa una relación de colaboración de el estado con el sistema emprendedor, donde al gobierno entrega su materia prima, la información que recauda a través de sus múltiples entidades y puntos de contacto con los ciudadanos, y los emprendedores explotan el potencial de esa misma información. Es de alguna manera un modelo similar al que Apple aprovechó con el iPhone y el App Store. Apple creó un dispositivo (el iPhone) que captura datos a través de múltiples sensores y puntos de entrada, y desarrolló un SDK (software developer’s kit), un marco de conectividad con el dispositivo que le permitió a miles de emprendedores desarrollar aplicaciones prácticas usando la información contenida en el dispositivo. En ambos casos, Apple y Gobierno, los beneficios son gigantes para quien pone y abre los datos y su infraestructura. Los usuarios tienden a usar mas los dispositivos o servicios entre mas información y beneficios les revierte. Obviamente en medio de todo esto hay una discusión de privacidad que hay que tener clara, pero el momento nos llevará eventualmente a tener una discusión en esa vía que sin datos abiertos es irrelevante.
Yo me imagino un escenario empresarial donde la innovación surge dentro de las organizaciones de una manera similar. Los sistemas de gestión de la innovación, una vez puestos en marcha empiezan a generar ideas y necesidades, y bajo los lineamientos de un marco de acción definido desde el gobierno corporativo, el grupo o los grupos emprendedores al interior de la empresa empiezan a hacer realidad esas ideas y conceptos innovadores. Desde esa perspectiva, y teniendo en cuenta que en la actualidad una gran parte de la innovación, interna y externa, sucede a través de canales digitales, la figura del CDO (Chief Digital Officer) o llamémoslo también el coordinador de emprendimiento interno, que debería tener un rol senior dentro de la organización, y mas en aquellos negocios amenazados desde su esencia por la revolución digital, se convierte en una figura crítica en las organizaciones.
Las empresas, haciendo emprendimiento internamente, no necesariamente tienen mejores probabilidades de éxito que los emprendedores externos. El secreto del éxito emprendedor, como siempre se concluye en los foros, grupos de discusión y convenciones, no está precisamente en el acceso a financiación, sino en la combinación exitosa de buenas ideas con talento humano y ejecución. Para los empresarios, podría haber aquí un cambio de pensamiento en la implementación de su plan estratégico de innovación. Además del desarrollo interno de iniciativas innovadoras, las empresas deben empezar a conectarse con el ecosistema emprendedor, que es una fuente inagotable no solo de ideas, sino también de hipótesis comprobadas alrededor de las necesidades de los usuarios.
Para el ecosistema la adquisición y posterior ajuste de modelos probados externamente por emprendedores puede ser una fuente de financiación de emprendimiento alternativa a los fondos de capital. Los emprendedores adquiridos serían quienes posteriormente implementan esa innovación al interior de las empresas que los adquieren. Un modelo de estas características, atacaría de frente los dos problemas base que inhiben la innovación corporativo. Por un lado al ser desarrollados externamente, no pueden ser detectados y desactivados a tiempo por el status-quo. Por el otro lado, la colaboración entre el CDO y los emprendedores, le da equipo y fuerza a la estructura operativa de innovación de la compañía. En el mundo empresarial, como en el mundo emprendedor, la colaboración, mas que el secreto y la protección de mi información terminan convirtiéndose en un generador de valor para el negocio y por ende de crecimiento para la economía en general.