Desde que existen los smartphones, los proveedores de servicio de internet móvil han instalado aplicaciones en su teléfono con la intención de mejorar sus ingresos por usuario (ARPU). ARPU o Average Revenue per User es el principal indicador que manejan los operadores. Entre mas pueden subir el ARPU, mejor pagados e incentivos están los empleados de estas empresas. La idea de esta práctica es es que al preinstalar aplicaciones, algunos usuarios terminen usando estos servicios y mejorando las estadísticas de ingreso para la empresa. A estas instalaciones se les conoce como “Bloatware” y son extremadamente molestas para los usuarios.
Pues bien, los operadores han encontrado una nueva manera de molestar aún mas a sus usuarios. Usando un servicio llamado “Ignite”, los operadores podrán empujar aplicaciones hacia su teléfono sin necesidad de su aprobación o consentimiento. El objetivo, obviamente es mejorar sus indicadores de ingresos por usuario. Sabemos que los operadores usan esquemas de ”opt-out” para inscribir a sus usuarios a servicios que no desean. ”Opt-out” se refiere a que el servicio se considera aceptado y en uso mientras el cliente no se manifieste y solicite la cancelación expresa del servicio. El algunos países, como Colombia, estos esquemas son ilegales, aunque hemos visto que los operadores toman el riesgo de venderlos de cualquier manera.
El problema con el bloatware que nos entregan los operadores es que consumen recursos valiosos del dispositivo, como capacidad de almacenamiento, procesamiento y por ende consumen batería. Tampoco pueden ser desinstalados a menos de que haga “root” al dispositivo. “Root” es una manera técnica de formatear el dispositivo y reinstalar una versión abierta del sistema operativo, una práctica que es ilegal en algunos países. Para los operadores y desarrolladores es una manera de reclamar bases instaladas rápidamente. Que la práctica se convierta en uso real de los servicios o aplicaciones es discutible.
Desde mi perspectiva de usuario considero que las empresas, grandes o pequeñas, tienen una obligación ética con los usuarios. No creo que “matonear” a los usuarios para instalar aplicaciones y software y esperar que las usen sea una buena proposición para iniciar una relación de negocios. Tampoco creo que sea una buena proposición para los operadores. El uso obligado solo causa rechazo y los problemas de imagen para las empresas. considero que son prácticas que deberían ser reguladas y castigadas fuertemente por los gobiernos.
Para finalizar, vale la pena mencionar que estos mecanismos invasivos solo funcionan en dispositivos Android subsidiados por el operador. Quienes compren sus dispositivos abiertos, como es la ley en Colombia, no tendrán este problema.