TSPD o Traiga Su Propio Dispositivo (o BYOD por su sigla en inglés que quiere decir Bring Your Own Device) es una tendencia creciente en los distintos ambientes de trabajo. Mi colega, Mario, ya lo mencionó con relación a las organizaciones. El ambiente educativo no se queda atrás.
Empezando por el principio, el acrónimo TSPD lo que quiere decir básicamente es que el dispositivo se adapta perfectamente al ecosistema del ambiente educativo: la relación del aparato con el software y el hardware de la organización es transparente y no hay que angustiarse en el momento de la presentación porque el enchufe no es el mismo, el formato cambia o por aquel ya pasado de moda stress de tener la presentación en un software distinto al del “cliente”.
Esto se debe además, como lo resalta mi colega, a que cada vez más la información pública, propia y de algunos está en la nube. No en las nubes de las rancheras, ni de los estudiantes distraídos sino en la NUBE de información, la ubicuidad se hizo realidad de verdad y no es sólo un acto de fé.
Una de las principales razones para que este modelo se imponga es el asunto de financiar los equipos, los de las casas y los de las organizaciones. Entonces al hacer las cuentas una organización sea un hogar, un colegio o una empresa puede llegar a la conclusión que es más económico que cada miembro tenga su “aparato” y se dedica a administrar el tema crítico de plataformas y seguridad informática (asuntos ambos que dejo en manos de mis colegas de este blog)
Para mi esa es la razón MAS importante: los equipos no vienen solos: requieren mantenimiento, seguros y capacitación para su uso y eso cuesto MUCHO dinero. Sin embargo, al decir de los expertos en sistemas, este tipo de estrategia puede ahorrar algún dinero y bastantes disgustos al “cuasi” eliminar la discusión sobre si los estudiantes pueden o no tener el celular o el iPad o el “dispositivo” encendido durante la clase.
En algunos colegios en Estados Unidos y en el Reino Unido se ha implementado este modelo BYOD o TSDP. La razón primordial: el dinero. Los recortes fiscales de los gobiernos y las inversiones de los hogares en “electrónicos” convierten la estrategia BYOD en ganadora para ambas partes. Además, los teléfonos inteligentes y las tabletas son cada vez más baratos y sus niveles de penetración más elevados, incluso en América Latina.
Sin embargo (y como siempre) hay peros: el primero es qué pasa con los padres que no pueden financiar “aparatos de alta tecnología”. Esa me parece una pregunta muy pertinente en todos los tipos de instituciones, asumir que en todos los hogares hay dinero para dos o más iPads es un poco vergonzoso (o vergonzante, más bien). Sin embargo, lo que si se puede asumir es que algunos hogares financiarán los equipos, otros no porque no pueden (o no quieren) y en ese caso será la institución la que debe encontrar los mecanismos para financiar esos equipos, que deberían ser menos.
Es claro que si un hogar invierte en “aparaticos” para los hijos, yo esperaría como maestra y madre que esos dispositivos sirvan para algo más que actividades extra curriculares (incluidos los juegos educativos). Esperaría que fueran usados en el salón de clase.
Pero no todo es color de rosa, es necesario para que la estrategia TSPD sea efectiva, eficaz y eficiente que se den algunas condiciones que discutiremos en próximas entradas:
- Una organización lista a asumir los retos que trae cambiar el modelo de aprendizaje y de enseñanza (y de relaciones de poder dentro del salón de clase)
- Una política clara sobre el uso (y abuso) del TSDP
- Un programa permanente de formación de los docentes (y los padres)
- Una estrategia de financiación o co financiación de equipos para aquellos hogares que no pueden pagar los dispositivos
El punto 2 y 3 son tan espinosos pero al mismo tiempo tan importantes, no solo por determinar cuando se pasa esa delgada línea que hay entre el,dispositivo como herramienta didáctica y distractor, sino también por el impacto en las relaciones interpersonales del estudiante en los momentos de recreo.
Me asalta una pregunta ( de muchas que tengo) y es si la política del TSPD puede influir en los casos de bullying, y otros tantos que afectan la convivencia escolar.
Frente al punto 3, seria chevere que le dieran una revisada a la propuesta de Ukanbook ( o si ya han hablado de ellos, puedo estar equivocado) o de como esta tendencia no puede ser efectiva sin que el estado (en el caso de las instituciones educativas publicas) no pongan el apoyo suficiente en la infraestructura tecnológica suficiente y no visto solamente como tabletas para “embalar” al docente