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El Internet no está cumpliendo con su promesa

En vez de elevar el conocimiento de la gente el Internet parece estar teniendo el efecto contrario

Si hay una promesa que hemos oído constantemente de la Revolución Digital (además de que a mayor número de personas conectadas a internet menos será la pobreza de un país o región) es que el acceso a la información permite incrementar el nivel de conocimiento de la gente. Es por eso que gobiernos de todos los rincones invierten en conectividad y en llevar internet a todos sus ciudadanos. 

La llamamos “la era de la Información”, una etapa en la que hay cada día más gente conectada a internet, más teléfonos “inteligentes” y más prosumidores (aquellos que no sólo consumen, sino que también producen, contenido). Una era en la que deberíamos poder tomar mejores decisiones pues tenemos la información en la palma de nuestras manos. Y sin embargo esa promesa que se nos hizo con el internet no se está cumpliendo. Todo lo contrario. No pareciéramos estar en la era de la información sino en la Era de la Desinformación
 

¿Como más puede uno explicar que en un mundo donde uno puede acceder a cualquier dato, validar cualquier información que alguien da y aprender de cualquier tema en segundos estemos tomando decisiones tan sumamente erradas?

Solo falta ver lo que ocurrió con el Brexit (y la cantidad de gente que votó por “irse” sin entender sus implicaciones y ahora la gente que quiere que haya otro voto), o darle una mirada a cómo Donald Drumpf tiene a su partido (y a los Estados Unidos) al borde del colapso a punta de mentiras, verdades a medias y estupideces que la gente cree a ojo cerrado.

Sólo hay que mirar  los contenidos en redes sociales asociados al anuncio del Acuerdo de Paz en Colombia y cómo aún se propagan mentiras infundadas (de lado y lado) o ver el poder de las Kardashian (y sus equivalentes en cada país) y cómo es más importante lo que se puso x o y “famoso” que los anuncios realmente importantes en materia de ciencia, exploración espacial, economía, salud, el futuro, la tecnología, política, etc. etc., para entender que el Internet no está cumpliendo su promesa.

Sólo hay que darse cuenta de la cantidad de gente que aún cae en las trampas del príncipe de nigeria o de “dale like y Bill Gates donará $1 a este niño en lituania” para ver que no pareciera que la gente quisiera aprender. 

La democratización de la tecnología parece haber “bajado la barra” en vez de subirla, nos está embruteciendo en vez de educarnos, nos está sesgando (más) en vez de permitirnos analizar las cosas desde diferentes puntos de vista, nos está haciendo “comer entero” en vez de validar antes de tragar, nos está llevando al nivel del eslabón más bajo de la cadena en vez de ayudarle a este a ser más inteligente, más educado, más crítico y más informado.

Y ese es el problema. Cada día usamos más la tecnología, cada día la incorporamos más en nuestros quehaceres y sin embargo, el grueso de la gente, sigue sin querer aprender a usarla.

  1. Está claro que para unos ayuda y para otros perjudica, todo va de acuerdo con la educación que se reciba saber qué desechar y qué no. Lamentablemente lo del Brexit y lo de Trump corresponde a un comportamiento que va más allá de internet, el concepto de gente-masa y lo maleable que es el pensamiento en un grupo. Lo vemos desde el barrismo en el fútbol hasta en la Alemania Nazi, y para ello no se necesitó del internet.

    1. Gran comentario Luis! El efecto gente-masa es innegable. Lo irónico es que ahora que tenemos como “educarnos” e informarnos y no creer a ciegas las mentiras de quienes nos las quieren hacer creer, no lo hagamos y – al contrario – el internet se haya vuelto una herramienta más de desinformación que incrementa ese efecto.

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