Charlottesville es una ciudad pequeña cuya vida gira alrededor de lo que sucede en la Universidad de Virginia. Como ex-alumno, tuve la oportunidad de vivir la tranquilidad del lugar. Pero también descubrí que vivía en la frontera de la tensión racial que se vive en los Estados Unidos. Este fin de semana, en un lugar normalmente tranquilo, el traslado de un monumento rompió el débil equilibrio de la tensión racial en Charlottesville.
Y luego, esta mañana, leía este artículo de Samir. Los multimillonarios del mundo han entendido que su legado no se trata únicamente de acumular dinero en sus cuentas bancarias. Hay un propósito mas altruista de hacer el mundo un mejor lugar para vivir.
Una demostración inmediata de este fenómeno, ha sido la decisión inmediata de algunas empresas digitales como Airbnb de eliminar a los “supremacistas blancos”, envueltos en los disturbios de Charlottesville, de su servicio. Otras empresas como Uber, Google, Lyft, etc…, anuncian que seguirán por el mismo camino. Es posible, pues estas empresas han adquirido conocimiento suficiente sobre sus clientes, gracias a las tecnologías de Big Data. Y pueden reprogramar sus algoritmos para que eliminen a los “indeseables” de su servicio. Desde mi perspectiva este castigo, puede llegar a ser incluso mas ejemplar que la vida en la cárcel.
Así que deseo con fervor que nuestras empresas implementen este tipo de tecnologías muy pronto. Es cierto que aquí no vivimos los problemas de tensión racial que se vive en los Estados Unidos. Pero me imagino que es posible eliminar a los corruptos de los servicios que mas usan. ¿Qué sucedería si los restaurantes le restringieran el servicio al “ñoño”? ¿O si los políticos que roban no pudieran tomar un avión o taxi?
La tecnología actual permite segregar a estos usuarios y restringirles el servicio. Ojalá nuestros empresarios tuvieran en su mente, no solo llenarse los bolsillos sino también su responsabilidad con una mejor sociedad.
