¿Son los “relojes inteligentes” un fracaso, como aseguran algunos? Durante el fin de semana participé de un par de twitter-discusiones al respecto y anoche me quedé pensando en los argumentos que algunos de sus participantes esgrimían para desechar estos dispositivos como “juguetes del primer mundo”.
Es claro que los smartwatches están lejos de ser tan exitosos como los smartphones. Mientras que en el 2016 una de cada 5 personas (19.6% para ser exactos) en el planeta compró un smartphone nuevo (se vendieron 1,495 Millones de unidades según Gartner), la cantidad de relojes y pulseras inteligentes vendidos si acaso llegó a los 100 millones.
Piense por un momento en los smartphones. Piense en Blackberry y en Palm y en el incipiente mercado que dominaron por años. Fue solo hasta el 2008, luego de que Apple creara y abriera su App Store a los desarrolladores que el mercado de smartphones explotó.
La verdadera razón del éxito del iPhone, como ya he dicho, no fue ni su pantalla touch ni su tamaño; fue convertir el teléfono (y todo lo demás) en una simple aplicación. Y así los smartphones dejaron de ser teléfonos que podían recibir correo electrónico y pasaron a ser todo: su mapa, su periódico, su linterna, las llaves de su casa, su oficina y su profesor, el nivel para ver si el cuadro está torcido, su carpeta de archivos y hasta su memoria externa (todos como cyborgs, ¿se acuerda?). Y así, gracias a Android y a su modelo de distribución hubo smartphones para todo el mundo (literalmente).
Los relojes inteligentes aún no han encontrado ese killer feature. Nadie necesita un smartwatch, que por ahora hace lo mismo que un smartphone. Si, es más conveniente ver las notificaciones moviendo su brazo que teniendo que sacar el teléfono del bolsillo o cartera. Pero conveniente no necesariamente significa necesario.
Ahora bien, creo que estamos cerca de ver esa explosión en el uso de los smartwatches. ¿Por qué? Primero porque los smartwatches han avanzado bastante desde sus primeros modelos y segundo porque creo que los fabricantes han encontrado el killer feature: la salud.
Un reciente estudio de un startup llamado Cardiogram y de la Universidad de California San Francisco (UCSF) ha demostrado que dispositivos como el Apple Watch o el Fitbit pueden detectar la hipertensión y la apnea de sus usuarios. En el caso de Apple, por ejemplo, el uso de HealthKit por parte de universidades, aseguradoras y hospitales en programas de prevención y análisis de condiciones médicas ya ha dado resultados sorprendentes. Por ahora en el “primer mundo”.
Y que no vendan tantas unidades como las que se venden de smartphones no quiere decir que los relojes inteligentes sean un fracaso. Mire el ejemplo de Apple, que lidera el mercado de relojes inteligentes y que vende más unidades del Apple Watch que las unidades que Rolex vende de todos sus relojes (inteligentes y no), según información de la misma compañía.
Los analistas financieros, que le siguen la pista a las ventas de la compañía, a las de su cadena de producción y los recibos de clientes, estiman que el próximo año en el trimestre que termina en Septiembre Apple venderá (en plata) más de lo que vendió en el mejor del trimestre de la historia en iPods.
iPods, no Apple TVs ni Airports. iPods, el dispositivo con el comenzó el resurgimiento de su compañía, el dispositivo que cambió por completo la industria de la música. Aquí está lo que dijo recientemente Horace Dediu en Asymco:
From a revenue point of view, I believe next year’s fourth quarter will see the Watch generating higher revenues than the highest quarter for the iPod.
In terms of yearly unit sales it may take longer. The biggest year for iPod units was 2008 when about 55 million iPods shipped. Watch is now running at about 16million. If it could sustain 30% growth then it would take until 2022. 40% growth would mean 2021 and 50% 2020.
It’s not easy to predict growth but my bet remains that Watch will get there eventually becoming the third most popular Apple product. Perhaps even second.
Overtaking the iPod is quite an achievement considering that the iPod was once synonymous with Apple itself.
Querer comparar las ventas de relojes inteligentes con las de un producto que ha generado una de las revoluciones más drásticas de nuestra historia (el smartphone) es ilógico, infantil y hasta irresponsable.
Hay que ver cada producto por lo que es, medir su potencial con base en el mercado, en si está listo y si tiene una necesidad real y tangible (recordando que hasta el 2008 no sabíamos que necesitábamos un smartphone) y cuál puede ser el mejor form factor para comercializar el producto.
Pero si usted piensa cada día son más las personas que le ven valor a comprar – Y USAR – un reloj inteligente, en todo lo que han evolucionado a nivel de features, y la cantidad de plata que generan, creo que es fácil darse cuenta que los smartwatches están lejos de ser un fracaso.