Desde Microsoft se pensaba que las actualizaciones automáticas mejorarían la seguridad de los usuarios, ya que, entre más personas estuvieran protegidas en el menor tiempo posible, mayor dificultad tendrían los hackers para aprovecharse de los bugs (Errores de software) o el malware.
Esa es la teoría pero, en la práctica, lo que no tuvieron en cuenta los miembros del equipo de Redmond era que las actualizaciones podían llegar a ser defectuosas! Por lo mismo, hay momentos en los que los usuarios afirman que le han bloqueado el acceso a la cuenta Microsoft, provocan las temidos pantallas azules de la muerte, generan el mal funcionamiento del hardware, etc.
La idea de Microsoft era que todos los dispositivos con Windows 10 descargarían las actualizaciones y las instalarían automáticamente para evitar la gran cantidad de vulnerabilidades, por lo tanto, un ordenador actualizado estaría más protegido. Ahora bien, los ordenadores con versiones más antiguas de Windows como la 7 y 8, también, obtendrían correcciones a los errores del pasado, mejoras a nivel de funcionamiento del software y muchas otras maravillas de un sistema operativo al día.
Lo que, al parecer, nadie en el equipo de soporte al usuario pensó era que las terminales no estarían exentas de contraer nuevos errores contagiados generados por algunas de las actualizaciones y/o las acciones que tienden a descontrolar el PC o los dispositivos del Internet de las Cosas (IoT), tal como es el caso de: las constantes acciones que provocan el reinicio y la recarga reiterada del sector de arranque.
¿Cuál es el peligro de las actualizaciones automáticas de Windows en las cuales el usuario no tiene control alguno?
Con cada nueva actualización se soluciona un error anterior y, es posible, que se generen unos cuantos nuevos problemas a nivel de compatibilidad con algunos componentes de hardware como la tarjeta de red o los periféricos (impresoras, de scanners, dispositivos IoT, etc).
Así pues, las actualizaciones no son peligrosas pero, si pueden llegar a ser bastante incomodas!
