Las cosas no pintan nada bien para Intel, el mítico fabricante de procesadores que por años fue el artífice de los avances tecnológicos que nos trajeron las 3ra Revolución Industrial, y quien en los últimos días no ha podido dar ni una sola noticia buena, llevando el precio de su acción a caer más de un 16% al cierre del viernes pasado.
Todo comenzó hace unas semanas, cuando Apple anunció que comenzará a diseñar y producir sus propios procesadores para sus computadores (así como ya lo hace para el resto de sus dispositivos) y que estos estarán basados en la tecnología ARM y no en la de Intel.
Si no vio el anuncio, este artículo le puede ayudar a entender el raciocinio detrás de la decisión del gigante de Cupertino: “Las 5 razones por las Apple se desliga de Intel“.
El Jueves pasado la compañía reportó resultados financieros para el segundo trimestre del año y en ellos reportó el margen operativo más bajo de los últimos 11 años y unas expectativas para el tercer trimestre menores a las esperadas por los analistas financieros.
Y para cerrar con “broche de oro” la tanda de malas noticias, el CEO de la compañía -Robert Swan- informó que el lanzamiento de procesadores basados en 7 nanómetros tendrá un nuevo retraso de 6 meses, poniéndolo por ahora un año atrás de lo originalmente planeado.
Así la cosas no será hasta el 2022 que Intel logre producir a escala sus procesadores de 7nm, mientras que AMD, TSMC y Samsung lo vienen haciendo desde el año pasado y ya han comenzado a fabricar, incluso, procesadores bajo la escala de 5nm, que seguramente veremos en los nuevos dispositivos de Huawei, Samsung y Apple.
Así las cosas, la Ley de Moore, que nació precisamente dentro de Intel parece estar muriendo dentro de la compañía, que ha pasado de un modelo de 24 meses (18 en algunos casos) al que se le conoce como Tick Tock a uno en el que cumplirá 5 años sin cambiar de escala para la fabricación de sus procesadores y con él se verán afectados todos los PCs y dispositivos que corran bajo la plataforma Intel.
El tema ha llegado a tal punto que Swan abrió una puerta antes impensable: subcontratar la producción de sus procesadores con terceros.
“To the extent that we need to use somebody else’s process technology and we call those contingency plans, we will be prepared to do that. That gives us much more optionality and flexibility. So in the event there is a process slip, we can try something rather than make it all ourselves.” – Bob Swan – CEO, Intel
Lo más preocupante del tema es que todo parece indicar que veremos la historia repetirse. Una historia en la que Intel perdió el mercado móvil por su inhabilidad de producir procesadores con una mejor relación performance / consumo de energía (y por la reticencia original de fabricar los procesadores para el iPhone original en 2007). El tema es que ahora Intel está en peligro de perder el mercado de PCs y toda posibilidad de participar en la explosión del Internet de las Cosas que requerirán procesadores cada vez más pequeños, mas eficientes y en mayor volumen.
Así las cosas, el futuro de Intel está en la cuerda floja.