Repitan después de mí: “Facebook no es una fuente confiable de información”.
Ahora hagan lo mismo cambiando la palabra “Facebook” por “Instagram”, “WhatsApp”, “Twitter”, “YouTube” y cualquier otro nombre de redes sociales o aplicaciones de mensajería instantánea.
En serio ¿Es tan difícil de entender?
Las redes sociales son amplificadores -megáfonos- del contenido que otros generan y, lamentablemente, sus algoritmos han sido programados con 2 fines muy claros: generar el máximo engagement posible y mantener a los usuarios en la plataforma el máximo de tiempo.
Lamentablemente, los algoritmos han sido fantásticos en optimizar esas variables, sin importar las consecuencias (¿ha visto la teoría del Maximizador de Clips? Bueno es algo así pero ya no teórico sino real. Si no la ha visto puede leer sobre ella aquí y puede “jugar” una simulación de la misma aquí).
Y digo “lamentablemente” porque esa optimización se ha dado gracias a la promoción de contenido cada vez más radical; contenido que los algoritmos han visto son más virales (esta semana escribí un poco sobre el tema del algoritmo de YouTube, por si lo quiere leer).
Sin Facebook conspiraciones como la QAnon sencillamente nunca hubieran tomado fuerza. Sin YouTube los terraplanistas no hubieran crecido como han crecido. Sin las redes sociales no tendríamos el problema que tenemos con los anti-vacunas ni estaríamos viendo el rebrote de la pandemia derivada de las variantes que se han generado por la terquedad, de un grupo importante de personas, que no se quieren vacunar porque “me van a implantar un chip de 5G” o cualquier otra payasada.
Para la muestra un botón….
Mire este gráfico, resultado de una investigación del Washington Post sobre el estado de vacunación de la población en Estados Unidos basado en el medio que utilizan para informarse (el 36% de “americanos” obtiene sus noticias vía Facebook según un estudio de Pew Research): el 20% de quienes se informan sobre el COVID vía Facebook no se vacunarán y el porcentaje de quienes ya se vacunaron es el segundo más bajo, sólo “superado” por quienes viven en la burbuja medíatica de Newsmax.
El tema es tan complejo que el propio Gobierno de los Estados Unidos ha acusado a Facebook y a las demás redes sociales de ser participes del rebrote de la enfermedad en el territorio norteamericano por no combatir con más fuerza las mentiras y la pseudo-ciencia que pulula en sus plataformas con la disculpa de la “libertad de expresión” (algo que Facebook ha negado tajantemente).
Y es que aún hay muchos usuarios que creen, a ciegas, lo que ven en Facebook y lo que reciben vía WhatsApp convirtiéndose en muchos casos en peones de un juego manipulativo creado para generar discordancia y división (a propósito, ¿sabe identificar los 4 tipos de Analfabetas Digitales?).
Por eso le pido, le imploro, que antes de darle like o retweet o reenviar algo que vio en Facebook o en cualquier otra red social o que recibió vía WhatsApp, lo lea detenidamente, valide la fuente de donde viene y busque sobre el tema a ver si hay otras fuentes que lo corroboren para no ser una víctima más de los algoritmos.
