En TECHcetera ya hemos hablado acerca de la Inteligencia Artificial (o AI por sus correspondientes siglas en inglés que corresponden a Artificial Intelligence) y, no tienen que ser casos extremadamente rebuscados, la tecnología simplemente hace más fácil la vida de los usuarios en momentos simples, por ejemplo al auto-completar las palabras o frases de una búsqueda en Google, pasando por los Asistentes Personales que aprenden a través de la interacción con los usuarios, hasta en el caso de ayudar a mapear accesos a una zonas que ha sido afectada por un terremoto.
En la actualidad, la mayoría de los casos de uso de la Inteligencia Artificial no son tan sensacionales como en las películas pero, definitivamente, el concepto aplica! Ya se está trabajando en capacidades para que la conversación con una AI se sienta más fluida y contextualmente enriquecida, de tal forma que no sea necesario invocar muchas veces “la palabra clave” (Ok Google, Siri, Alexa o similares) en la misma charla para poder ejecutar una acción precisa.
Ahora bien, justo cuando la mayoría de los lectores están digiriendo el concepto de la Inteligencia Artificial, hay que introducir uno nuevo denominado Inteligencia Artificial General (AGI en inglés) que, corresponde a la habilidad hipotética de un agente inteligente (cualquier cosa que pueda percibir el ambiente y tomar acciones de manera autónoma para alcanzar una meta) de entender y aprender cualquier labor que un ser humano puede ejecutar.
Para muchos lo anterior suena un poco etéreo pero, los seres humanos ejecutamos una serie de acciones que puede parecer de lo más simples (tanto que las ejecutamos de manera mecánica, sin pensar en ellas) pero, para una máquina llegan a ser tareas bastante complejas, como por ejemplo:
Ver un ser vivo como un perro o un gato, identificarlo, validar sí puede llegar a ser un riesgo para su propia integridad de acuerdo a las emociones mostradas por el animal y, finalmente, llegar a comunicarse con él para alejarlo, con el fin de evitar una interacción riesgosa como un rasguño o una mordedura.
Para poder decir que una máquina ejecuta labores clasificadas como Inteligencia Artificial General, esta debe poder percibir, adquirir conocimiento, analizar y aprender del ambiente o contexto. Ahora bien, como siempre, la ética y la cultura suelen ser “la piedra en el zapato” de muchos amantes de la AI.
Ahora bien, para entender un poco más la diferencia entre inteligencia Artificial y Inteligencia Artificial General, lo mejor es validar hasta qué punto las máquinas pueden llegar a tener determinación propia y estarán conscientes del propósito de su existencia. Para ilustrar el concepto, nada mejor que ver la explicación de Eric Schmidt.