Hace meses escribí un editorial sobre una serie de situaciones que le sucedieron a mis conocidos y, también a mi como usuario fan de Uber, las cuales, fueron haciendo que mi empatía con la aplicación fuera disminuyendo! Increíblemente, el artículo se viralizó y muchos usuarios de Uber terminaron dando su opiniones (muy validas por cierto) que ayudaron a entender un poco más como opera el otro lado del servicio, el de los conductores que, día a día prestan sus vehículos para hacer los viajes.
Aunque desde ciertas perspectivas el servicio ya no es lo que era en sus inicios, hay situaciones como la que voy a narrar a continuación que aún me hacen tener “fe” en la aplicación y las buenas costumbres de los conductores. Hace algunos días me encontraba en Brazil después de un viaje bastante largo y extenuante, hablando un idioma que no es mi lengua madre y, después de terminar el viaje desde el aeropuerto hasta el sitio donde debía permanecer los próximos 5 días, me di cuenta que un de los Smartphones que llevaba para hacer mi trabajo, se había quedado en el Uber.
Así las cosas, ni corto ni perezoso “me encomendé a todos los santos” y llame al conductor, con tan buena suerte que este se dignó a contestarme y, no sólo eso, estaba en muy buena disposición para ayudar aunque eso, naturalmente, iba a implicar un gran esfuerzo, debido a:
- El viaje donde perdí olvidé mi Smartphone era largo y, en este caso, el conductor ya se encontraba casi a una hora de camino,
- Mi portuñol (combinación incipiente en entre español y portugués) no era el mejor ni el más avanzado, lo cual, dificultaba la comunicación,
- Esto era algo totalmente nuevo para mi, que no sabía como reportar en la plataforma ni a quién pedir ayuda.
Al dejar mis miedso atrás, procedía a hablar otra vez con el conductor y me entraron muchas dudas:
- Será que si volvería a ver a mi preciado Smartphone (con el cual tenía que hacer el trabajo en campo)? Porque, muchos de los latinoamericanos que estaban conmigo en el evento ya me estaban dado el pésame y, hasta me estaban dando opciones para adquirir un nuevo teléfono,
- Qué iba a hacer para recuperarlo en un país y, más aún, en una ciudad que era totalmente desconocida para mi?
- Cuánto me iba a costar esa operación para volver a tener el teléfono en mis manos?
Después de revisar las opciones para hacer el reporte en la aplicación y de varias llamadas al conductor en cuestión, puedo dar los siguientes consejos que, seguramente van a resultar muy útiles:
- Para tener algo de paz mental, siempre se deben tener activas las opciones de bloqueo del dispositivo y seguimiento del dispositivo (con roaming, como en este caso),
- Revisar las opciones de la plataforma para hacer el correspondiente reporte del objeto perdido y, asumir los costos asociados a esta precaria situación (a la final, eso seguramente va a ser menos costoso que comprar un nuevo Smartphone y perder la invaluable información contenida en el antiguo),
- Hay que llenarse de paciencia porque el proceso puede ser largo y un poco desconcertante, siempre se debe evitar desesperar a la persona que tiene el su preciado bien temporalmente pues, a la final está trabajando en Uber y no siempre va a poder contestar todas sus llamadas. Si termina por fastidiarlo, puede llegar a apagar el teléfono o dejar de contestarle si se ve forzada a ello. Si eso pasa, las opciones de seguimiento serán más reducidas,
- En lo posible evitar confrontación de cualquier forma, “llevando todo por las buenas”, tratando de razonar con la persona para convencerla de entregarlo, a cambio, de una recompensa y calificación en el app, en este caso, pagar el nuevo viaje de Uber (que era lo más lógico, dado que se encontraba muy lejos).
- En lo posible, contar con la ayuda de un familiar, amigo o hasta las personas de la recepción del hotel, mejor aún para poder dar señas y lograr que el conductor retorne el preciado bien fácilmente a un sitio conocido y seguro.
En mi caso, después de aplicar todo lo anterior, la ayuda del equipo local (los anfitriones) fue invaluable para recuperar el Smartphone perdido, el cual, una vez en mis manos, me ayudó en gran medida para poder hacer el cubrimiento a la altura de tan magno evento!
