Ataques contra sitios web del Estado de Israel y empresas de este país como respuesta a los bombardeos aéreos de los últimos días contra Palestina son las acciones más recientes del movimiento Anonymous, quienes han dicho que se solidarizan con el pueblo de Palestina ante la ofensiva militar y que “no se sentarán y mirarán cobardemente cómo el Estado sionista demuele vidas inocentes”.
En esta ocasión, el movimiento amenaza al Estado de Israel por sus acciones militares y se propone cooperar todo lo posible con Palestina, informando sobre la cruda situación y prestando su apoyo en caso de que se suspendan las conexiones de internet en el territorio. En su más reciente comunicado afirman: “Usaremos todos nuestros recursos para asegurar que consigáis estar conectados a Internet y podéis transmitir vuestras experiencias al mundo”.
Estas acciones, como tantas otras que ha emprendido este movimiento desde su nacimiento en 2008, ponen de manifiesto el inmenso territorio de opinión que éste ha conquistado a nivel mundial y la rapidez con que se ha convertido en uno de los más grandes fenómenos sociales de nuestros días, gracias al internet.
Aunque se sabe que Anonymous es un seudónimo utilizado por diferentes individuos y grupos para realizar en su nombre acciones o publicaciones individuales o concertadas y que no tiene una jerarquía visible, lo cierto es que quienes se han congregado alrededor de esta denominación han logrado constituir una poderosa cruzada que se ha atrevido a cuestionar a gobiernos de muchos países y se ha manifestado por medio de acciones cibernéticas que en ocasiones han creado caos y han encendido la alerta a nivel internacional.
Tal ha sido la repercusión de este movimiento que prácticamente todos los países del mundo cuentan con miembros, quienes además de plantear sus puntos de vista y ejercer presión con acciones en la red sobre problemáticas nacionales, se unen a las grandes causas de alcance planetario y millones de hackers cooperan para llevar a cabo ataques a estados y entidades públicas y privadas.
Para recordar solo algunas de sus acciones, se pueden mencionar: el apoyo a Julian Assange, fundador y editor de Wikileaks, durante la Crisis diplomática entre Ecuador y Reino Unido entre junio y agosto de este año; los ataques contra sitios web del gobierno estadounidense por el cierre de megaupload y otros sitios de intercambio de información; las denuncias contra el gobierno español por la grave situación económica y social; las denuncias de fraudes en las elecciones de México y de Venezuela; y los cientos movimientos en defensa de la educación, la salud y los recursos naturales en muchos otros países.
Con una poderosa fama ya ganada en todo el mundo, no cabe ninguna duda de que Anonymous es uno de los referentes indiscutibles de nuestra era de la información y de como abundan los conflictos, la injusticia y las arbitrariedades en el planeta, crece también la cantidad de personas que están dispuestas a asumir acciones decididas en contra de ellas.
Las acciones que ha emprendido Anonymous en escenarios virtuales y físicos, además de ser una evidencia de la democratización de la información gracias a las nuevas tecnologías, son una poderosa prueba de las maneras como éstas han venido transformando al mundo. El hecho de que tantas personas alrededor del planeta se puedan congregar ante hechos políticos, económicos, sociales y culturales de trascendencia y plantear su opinión de forma tan masiva es un testimonio de que el internet nos ha dado el poder para participar en los acontecimientos que definen el curso de la historia mundial y de cada uno de nuestros países.
Que las acciones de Anonymous puedan juzgarse de positivas o negativas solo le corresponde decidirlo a cada persona, pero lo que quizás no es discutible es que todas ellas sumadas ya le han concedido a este movimiento un importante lugar en la historia de nuestro tiempo.