Muy interesante ha sido el anuncio de Apple y Google de un proyecto de “Rastreo de Contacto” (Contact Tracing) en el que han venido trabajando desde hace un par de semanas y que busca generar una manera más fácil y expedita para que las autoridades sanitarias puedan rastrear y notificar a quienes hayan podido estar en contacto con personas que han sido diagnosticadas con COVID-19.
Comencemos con lo básico: ¿Qué es Rastreo de Contacto?
El Rastreo de Contacto es una metodología utilizada desde hace muchos años para intentar identificar a todos aquellos que hayan estado en contacto con una persona infectada con una enfermedad. En la actualidad, la mayoría de este rastreo se hace a partir de información verbal provista por quienes han sido ya diagnosticados.
En Colombia, por ejemplo, cuando alguien es diagnosticado con COVID-19 las Secretarías de Salud hacen unas encuestas en las que se identifican las personas con quienes el enfermo ha tenido contacto en los últimos 14 días y proceden a contactar a cada uno de ellos para informarles de su posible exposición, coordinar una visita para que le hagan el examen correspondiente y ampliar el “árbol” de posible contagiados con las personas con las que esta persona haya tenido contacto luego de haber estado expuesto al virus.
Es un proceso manual, lento y dispendioso. Y es un proceso depende en un 90% de la memoria de los infectados de con quién ha estado en contacto. Pero, ¿y la gente con la que el infectado se cruzó? Esa persona que viajó en el mismo bus, estuvo en el mismo ascensor o se cruzó en el supermercado? Esa persona no aparece en la cadena de rastreo, porque ni el enfermo lo conoce ni las autoridades tienen como determinarlo.
El Poder del Teléfono Móvil
Es ahí donde entra el poder de ese computador inteligente que más del 67% de las personas en el mundo cargan consigo todo el día. Un dispositivo que tiene un sinnúmero de antenas y que puede ayudar a identificar si ha estado en proximidad con el teléfono de un infectado.
El Problema de la Privacidad
El problema es la privacidad. Ya hablé de mi preocupación con lo que están haciendo varios gobiernos al respecto en este otro artículo y de cómo temo que pase lo mismo que pasó luego del 9/11, en el que se tomaron medidas cuasi-dictatoriales que acabaron con la privacidad de la mayoría de las personas en el mundo.
Por eso me pareció tan interesante el framework anunciado por Apple y Googleanunciado por Apple y Google.
Contact tracing can help slow the spread of COVID-19 and can be done without compromising user privacy. We’re working with @sundarpichai & @Google to help health officials harness Bluetooth technology in a way that also respects transparency & consent. https://t.co/94XlbmaGZV
— Tim Cook (@tim_cook) April 10, 2020
To help public health officials slow the spread of #COVID19, Google & @Apple are working on a contact tracing approach designed with strong controls and protections for user privacy. @tim_cook and I are committed to working together on these efforts.https://t.co/T0j88YBcFu
— Sundar Pichai (@sundarpichai) April 10, 2020
La privacidad de Apple + el Alcance de Android
Apple y Google han anunciado un proyecto en conjunto en el cual se están creando unos APIs que pueden ser utilizado por las autoridades sanitarias para crear apps que permitan sistematizar y automatizar gran parte de ese Ratreo de Contacto utilizando el protocolo de Bluetooth LE que tiene una buena cantidad de los smartphones que hay actualmente en manos de la gente.
Piénselo así: El Ministerio de Salud de su país o la Secretaría de Salud de su ciudad lanza un App para el control y reporte del COVID-19. Usted la descarga y acepta que su celular se “de la mano” con todos aquellos celulares con los que se cruce a menos de 2 metros. En esta “estrechada de mano” virtual los celulares comparten una llaves secretas y anónimas que se guardan en cada dispositivo.
En caso de que usted sea diagnosticado con COVID-19 el App de Salud puede enviar un mensaje a todos los celulares de los que tiene esa llave secreta almacenada (sin necesidad de saber a quién corresponde) indicándole a esa persona que ha estado en contacto con alguien infectado y que debe comenzar su protocolo de aislamiento y diagnóstico.
No sólo le informa a la gente que usted, conscientemente, recuerda sino a todos los que se hayan cruzado en su camino, así usted no los conozca o no los haya visto. Y lo hace de manera anónima. Y lo hace sin necesidad de saber su ubicación exacta, sin tener que seguirlo, sin tener que asociar su nombre con su número de teléfono, con su IMEI, con nada.
Lo hace pensando en la privacidad de todos los involucrados y como mecanismo de prevención y no de control de social.
Por aquí sí es el tema. Así es cómo deben crearse soluciones tecnológicas que nos ayuden a aplanar la curva. Y no para hoy. Tendremos que tener estos controles por lo menos hasta que haya una vacuna y se pueda erradicar la pandemia. Y eso no pasará este año.
Ahora, lo importante es que quienes desarrollen las soluciones que utilizarán estos APIs lo hagan con el mismo cuidado con el que los mismos han sido diseñados y se piense, primero, en la privacidad. Porque de lo contrario caeremos en ese mundo oscuro que Orwell visualizó hace tantos años.