La convergencia entre tecnología y automóviles ha sido paquidérmica, a pesar de que tiene todo el sentido del mundo. Mary Meeker, socia de Kleiner Perkins, la firma de VC mas importante del mundo, y una de las mayores visionarias del sector tecnología ha mostrado la oportunidad en cada una de sus presentaciones del “estado del internet”. Todos estamos de acuerdo en que hay una oportunidad allí pero pasa el tiempo y la visión no se convierte en realidad.
La experiencia de usuario es a lo sumo “ortodoxa”
No se si sea real la afirmación. Mi papá, que vivió varios años muy cerca de la fábrica de Mercedes Benz en Stuttgart, dice que esa marca nunca adoptó los controles digitales porque no ha sido posible demostrar que estos sean superiores a los relojes analógicos que seguimos viendo. Las empresas automotrices son extremadamente conservadoras en su aproximación a la experiencia de usuario. Los controles y la experiencia de usuario en un vehículo, al menos en cuanto a la interacción entre la máquina y el usuario apenas ha cambiando desde la invención del automóvil. Ciertamente no ha sufrido mayores cambios en los últimos 50 años.
El advenimiento de nuevas tecnologías de información y entretenimiento aún no ha permeado, como esperábamos, la cabina de los automóviles. La industria automotriz, con ayuda de los reguladores, mantiene un control hermético de la interface de usuario. Por ejemplo, leía recientemente que en el estado de New Hampshire aún siguen discutiendo la conveniencia del uso obligatorio de los cinturones de seguridad.
La tecnología en la cabina del carro, cuestión de gomosos
[embedvideo id=”erd38YHWf9M” website=”youtube”]
Bajo este escenario, algunas empresas de tecnología han anunciado iniciativas para llevar sus interfaces al mundo vehicular. Se trata en principio de desplazar el centro gravitacional del entretenimiento y los controles vehiculares del carro, a dispositivos inteligentes. Apple y Android apuestan a que pueden convencer a las fábricas automotrices de diferenciar sus vehículos, entregando el control de la interface de los sistemas de información de los carros.
Los carros hoy, un mundo desconectado
En promedio una persona pasa entre 2 y 3 horas diarias en su carro. La oportunidad de empujar información y entretenimiento, en el contexto de la conducción es billonaria. No hablo únicamente de música, noticias o llamadas telefónicas. Pienso también en datos y estadísticas concernientes a las rutas, hábitos de consumo y conducción y en general a información relevante en el contexto de la conducción. Déjeme ilustrar con un ejemplo para aclarar el concepto: Su sistema de entretenimiento podría sugerir nuevas rutas de viaje basadas en el tráfico, sin que ud. necesariamente esté usando un GPS. Y si necesita detenerse en un supermercado y comprar leche (porque su esposa lo llamó, o mejor aún porque su nevera conectada así se lo comunicó), el vehículo puede sugerir cuales supermercados, en su ruta, ofrecen los mejores precios. O el vehículo puede hacer un simple cálculo y modificar su ruta, si es que el ahorro en la compra, compensa perfectamente el gasto adicional en consumo de combustible.
Un sistema de estas características requerirá que su carro esté conectado a internet, como parte integral de lo que llamamos el internet de las cosas.
Una posibilidad es equipar al carro con conectividad y dejar que aplicaciones remotas se encarguen de ese procesamiento. Es algo relativamente simple de lograr, pero habría que dejar que las compañías automotrices diseñen el sistema de información y entretenimiento, alrededor de esta conectividad. Y mirando las oportunidades que hay en los mercados de aplicaciones, posiblemente es el futuro que ellas tienen en mente. Pero este escenario nos llevaría a una torre de babel de interfaces. Un conductor tendría que aprender a manejar diferentes interfaces dependiendo del vehículo que maneje. Una segunda y mejor alternativa es usar el teléfono celular del conductor como conexión, y dejar que los expertos en interfaces, quienes desarrollan sistemas operativos, usen la interface de dispositivos inteligentes en los vehículos. En este caso y pensando en que en el mercado en realidad hay 2, máximo 3, alternativas de interface viables, la tarea para el conductor se facilitaría enormemente.
Para lograr esto, las compañías automotrices deben crear APIs (interfaces de aplicación), que los celulares (o mejor aún las aplicaciones) puedan aprovechar para capturar y enviar información. No sería descabellado pensar en que en el futuro, los controles del carro tomarán automáticamente la forma de la interface, dependiendo del dispositivo inteligente que use el chofer.
Es un espacio que se está moviendo lento pero seguro. En el CES, Audi anunció una alianza en este sentido con Google y los fabricantes de Android. Ahora es el turno de Apple, quienes nos han presentado en recientes días una primera aproximación a ”iOS in the Car”, su visión de como podría funcionar esta interface. Debo decir que no puedo esperar mas a tenerla en mi carro.