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Automatización. Todo va a estar bien (pero hay que prepararse)

La 4ta Revolución Industrial no es el comienzo del fin. Es el comienzo de un futuro más prometedor para aquellos que quieran adaptarse

Cuando escucho hablar a alguien de los efectos perversos que tendrá la automatización sobre la fuerza laboral y del apocalipsis que nos espera me gusta recordar que esta no es la primera vez que nos enfrentamos a una revolución de este tipo. Es más, esta es la cuarta de estas revoluciones (por ende su nombre: la 4ta Revolucion Industrial).

Y aunque las preocupaciones son válidas y hemos escrito hasta el cansancio sobre algunos ejemplos en los que la unión de inteligencia artificial con robots con digitalización de productos y servicios casi que seguro terminará en la extinción de algunos trabajos u oficios, la verdad es que solo hay que mirar el pasado para hacernos a una idea de lo que puede venir. 

Los Luditas, por ejemplo, protestaron durante años (1811 – 1816) en el Reino Unido por la manera en que máquinas industriales de coser los fueron reemplazando. Pero al final fueron más los empleos que se crearon alrededor de un sector textil que explotó en tamaño que los que se perdieron localmente. 

Al comienzo de nuestra civilización cerca de la totalidad de los humanos se dedicaban a la recolección de alimentos para sobrevivir. Hoy, menos de 10% lo hace. Y sin embargo hay más cantidad y abundancia de alimentos para la gran mayoría de la población. 

Es claro que ciertos trabajos se extinguirán de la mano de esta nueva ola de automatización. Pero si la historia nos ha enseñado algo es que serán muchos mas los nuevos empleos, las nuevas labores y la oportunidades que se formarán gracias a esta revolución y que si queremos aprovecharlas debemos irnos preparando porque no estamos hablando del futuro; estamos hablando del presente.

No estamos hablando del futuro. Estamos hablando del presente

No quejándonos, no protestando, no gravando la adopción tecnológica en favor de los métodos e industrias antiguas (como pasa hoy con Uber y los taxistas en varias ciudades o como busca hacer la administración del Presidente de los Estados Unidos con el tema del carbón), sino buscando soluciones proactivas e ingeniosas. 

Soluciones como aquellas plasmadas por la administración Obama el año pasado en su reporte sobre “Artificial Intelligence, Automation, and the Economy” o la iniciativa recientemente planteada por el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau para fomentar el reentrenamiento de aquellos que ven sus labores amenazadas por la tecnología de tal manera que puedan hacer el cambio hacia una en la que su experiencia previa y los nuevos skills les sean útiles para minimizar el impacto. 

Ojalá todos los políticos pensaran así, al fin y al cabo el foco de esta revolución es empoderarnos a hacer mejores cosas, con mejores resultados y menos esfuerzo.

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