Esta semana estaba dictando unas conferencias en Centroamérica sobre tendencias en materia de tecnología (el título de la conferencia era, en realidad, “El COVID, el gran acelerador de la Transformación Digital y la 4ta Revolución Industrial”) y dentro de los varios temas que cubrí estaba el tema de Internet de las Cosas dentro del cual mostré un caso de uso de Ciudades Inteligentes que me parece encapsula, a la perfección, la promesa que este modelo de implementación tecnológica puede ofrecer a la gente.
Y lo traigo a colación porque después de una de las conferencias, un par de personas se me acercaron y me pidieron les contara más acerca del mismo. Piense en este escenario:
Se registra un accidente de tránsito que es rápidamente captado por los sensores inteligentes de sonido -diseñados con un algoritmo para detectar disparos, frenadas y accidentes de tránsito (un concepto similar al de la detección de tala de árboles de la que les conté en estos días)- y las cámaras de seguridad que están conectadas al centro de atención de emergencias de la ciudad.
El sistema registra el accidente y busca en el mapa ambulancias y primeros respondientes que estén en la zona, despachándolos para brindar los primeros auxilios. Los paramédicos llegan prontamente a la escena del accidente y atienden a los heridos, accediendo a sus historias clínicas a partir de sus números de identificación y consultando la información en un sistema centralizado, en el cual introducen la información de las heridas que han sufrido.
El sistema central valida los requerimientos de atención de cada paciente y los cruza con las capacidades instaladas en los diferentes centros hospitalarios de la ciudad en los que valida, además, el nivel de ocupación de las salas de emergencia y disponibilidad de los especialistas en cada uno de ellos.
Con base en esa información, asigna a cada paciente un centro asistencial -no necesariamente el más cercano sino el mejor para poder atender a cada uno de forma adecuada dadas sus heridas- y le informa al centro hospitalario para que se preparen para su llegada, compartiendo la información de la historia clínica y el diagnóstico inicial realizado in situ. Esta información se va actualizando en tiempo real con base en los cambios que puedan surgir durante el traslado.
Mientras tanto, mapea la ruta óptima para que la ambulancia tome, no sólo por las condiciones de tráfico presentes en ella sino por la posibilidad de conectarse al sistema de semaforización inteligente que le permite al sistema alternar los semáforos para darle vía libre a cada una de las ambulancias en sus trayectos minimizando el tiempo de recorrido.
El sistema asigna un operador de la línea de emergencia para la atención del caso, quien contactará al contacto de emergencia del paciente indicando lo que ha ocurrido y a dónde está siendo trasladado.
Todo esto ocurre de manera orquestada, en línea y segura.
Son varios los sistemas que se integran en un sistema como este. Sistemas independientes que comparten información con los demás a partir de triggers específicos, utilizando capacidades de comunicación de redes 5G, capacidades analíticas basadas en inteligencia artificial, análisis de audio y video y redes neuronales que toman decisiones en tiempo real a partir de Big Data.
Cool no? Ojalá podamos pronto a vivir en una ciudad como esa.