Luego de terminar la Semana Santa estoy convencido que la Iglesia y los operadores celulares – en especial Movistar y Claro – firmaron un acuerdo comercial sin precedentes. No sé cómo será el acuerdo ni cuánta plata esté de por medio. No sé si Monseñor Salazar le aseguró la entrada al cielo a Alfonso Gómez y a Juan Carlos Archila, los presidentes de ambas compañías, o si las compañías recibirán un porcentaje del diezmo de cada parroquia en el país por el resto del año, o si fue un one-time-deal con un pago único por el servicio prestado durante la semana.
Sólo sé, por experiencia propia y por los mensajes que mis amigos y conocidos lograron poner en sus redes sociales durante la semana mayor, que la Iglesia ha entendido el poder de los Operadores Celulares y los ha enlistado en su proceso de hacer de la Semana Santa lo que era antes: una semana de reflexión, de paciencia, de rezo, pero sobretodo de sufrimiento.
Mientras que en países como Filipinas la gente se flagela porque quiere recrear el sufrimiento de Jesús y en regiones del sur del país la gente acude en hordas a la iglesia, a rezar y a confesarse, el grueso de los Colombianos hemos tomado la semana como una recocía total perdiendo todo sentido religioso. Sol, piscinita, mar, trago, rumbita, descanso. Cero sufrimiento, cero rezo.
Pero el 2014 fue diferente. Esta fue una Semana Santa en las que todos los que vacacionamos y que queríamos (o necesitábamos) conectarnos a internet desde nuestros smartphones y tablets sufrimos como nunca y en el que las plegarias y rezos se dispararon en más del 8.000%.
No importa que los rezos de la gente se limitaran a pedirle a Dios “aunque sea 5 minutos de conexión a internet“; rezo es rezo. No importa que el sufrimiento haya venido gracias a la imposibilidad de conectarse a internet o completar una llamada; sufrimiento, es sufrimiento. Eso es lo que cuenta. Ese es el espíritu de la Semana Santa. Y con eso la Iglesia debe haber quedado feliz por el servicio prestado.
Del Tolima y sus alrededores – zona que según Noticias Uno es la más apetecida por los colombianos en semana santa – hasta la costa caribe, el grueso de los colombianos se quejaron del pésimo o nulo servicio de los operadores celulares. Del Chocó a los Llanos Orientales la falta de conectividad fue notoria y la calidad de las llamadas fue perversa. Mesa de Yeguas, Check. El Peñon y Peñalisa, Check. Santa Marta y Cartagena, Check. Incluso en sectores como El Club del Lago a menos de 50 kilómetros de la capital de la República, Check. CERO SERVICIO (para la muestra un botón, tomada en línea de visión directa hacia una torre repetidora).
Las ventas de mapas físicos tuvieron un aumento considerable, al igual que los comparendos por exceso de velocidad, ya que aplicaciones como Waze – que cubre ambos problemas al mostrar las rutas, los trancones y los sitios donde están los radares – fueron prácticamente inútiles en la carreteras por la falta de cobertura y/o servicio.
Enviar y recibir correos – incluso estando en frente de una torre de celular – fue catalogado como un milagro del Divino Niño y en la mayoría de los casos, a pesar de las plegarias, se quedaron pendientes para volver a casa u obligaron a quienes requerían del servicio a desplazarse a otros sitios donde hubiera algo de conectividad.
Pero bueno, teníamos el teléfono y podíamos hacer llamadas, no? NO! Ni siquiera hacer llamadas sin que apareciera el sonido de robot o se cayera la comunicación fue posible (cuentan que el año pasado uno de los presidentes de estas compañías se vio en la penosa necesidad de pedir prestado un teléfono de la competencia para completar un conference call que tenía y al que no se pudo conectar desde su smarthpone).
Rezos, Plegarias, Sufrimiento. Como hace 2014 años. Claro y Movistar le devolvieron el sentido a la Semana Santa.
Lo peor de todo es que el Gobierno parece ser cómplice de esta estrategia pues no ha habido ni una sóla palabra de parte de la CRT o el Ministerio de las TIC, quienes al parecer con la “llegada del 4G” quedaron felices. Será que la separación del Estado y la Iglesia, plasmada en la constitución del 91, es pura tinta en un papel?
O será que el Gobierno en aras de promover un mejor servicio va a tomar cartas en el asunto y va hacer todo lo que le compete para asegurar que los colombianos podemos tener un servicio de telefonía e internet móvil decente y la altura de la época en la vivimos? Ministro, Comisionado: ánimo!
Sufrieron ustedes en semana santa por cuenta del pésimo servicio de los operadores celulares? Cuéntenos dónde con el hashtag #SufriEnSemanaSanta a ver si logramos algo de tracción y una respuesta de los operadores y del gobierno.