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¿Cómo justificar un celular de USD 1249?

Hemos llegado a cifras exorbitantes en el precio de los celulares. Cómo justificar uno que vale más que muchos PCs del mercado?

Uno de los detalles más “llamativos” del #Unpacked de ayer fue el precio de la versión de 512GB del nuevo Galaxy Note 9. Y es, como conté hace un par de días, parece que esa barrera psicológica de los mil dólares ya la hemos dejado atrás y este dispositivo saldrá a la venta, en Estados Unidos, con un precio de USD 1249 (eso es 25% más que el precio base del iPhone X, o 491% el precio promedio de venta de los dispositivos Samsung en los últimos trimestres).
Ya hemos oido los primeros gritos asociados a su costo:


Pero déjeme jugar al abogado del diablo y tratar de justificar cómo un “celular” puede llegar a costar semejante monto y por qué alguien estaría dispuesto a pagarlo, con la aclaración de que esta nota NO es patrocinada, nadie me está pagando para hacerla (ni en efectivo, ni en especie, ni en invitaciones, ni en viajes, ni en producto, ni nada. Es más ni Samsung ni su agencia me hablan).
La idea de hacer esta nota surgió luego de echarle cabeza al tema toda la tarde de ayer y repasar lo que el dispositivo ofrece, sin pasiones y con cabeza fría.
1. Para bien o para mal en el mundo Android todos los teléfonos son básicamente iguales y la diferenciación que existe es poca (por eso es que hay tanta canibalización y el tema del precio juega un rol tan importante, destrozando los márgenes de los fabricantes).
Esto no ocurre en el caso del Note. El padre de los “phablets” es, hoy por hoy, el último phablet que queda, el S Pen es un claro diferenciador de lo que es un Note y es claramente un dispositivo para un nicho muy especifico.
Todo esto sumado le permite a Samsung darse el lujo de jugar un poco con el precio.
2. Las especificaciones técnicas del Note 9 son impresionantes (Felipe hizo un resumen anoche del tema) y no sólo pueden estar por encima de la gran mayoría de smartphones actualmente disponibles sino que ya rayan con lo que uno puede encontrar en un PC (más sobre el tema abajo).
3. El smartphone, como he dicho en el pasado, dejó de ser sólo un “aparato” y se ha convertido en un statement de lo que somos (o, por lo menos, de lo que queremos proyectar que somos). Piense en los carros o en relojes, en el caso de los hombres, o en las carteras y las joyas en el caso de las mujeres. Hoy por hoy, el smartphone ha tomado ese lugar y por ende hay gente que ve en la inversión en un equipo como el Note 9 una inversión en su imagen.
4. En Estados Unidos hay unos bundles de lanzamiento interesantes. Crédito para la compra de audífonos, b-bucks para Fortnite, etc. Eso podría, en teoría, “generar ahorros” en cerca de USD 200.
Pero la verdad es que creo que más allá de estas “excusas”, la razón real por la que se puede justificar el precio de USD 1249 es que el Note 9 no es un celular.

No piense en el Note 9 como un teléfono 

El verdadero killer feature del Note 9 es la incorporación de la tecnología DeX de manera nativa y sin necesidad de utilizar ningún dongle o base adicional. Eso, sumado a la posibilidad de tener 1TB de almacenamiento (la mitad de ellos vía una tarjeta SD) con 8GB de RAM en uno de los procesadores más potentes del mercado, puede ser razón suficiente para que por fin entendamos que lo que llevamos en el bolsillo ya no es un teléfono sino un computador (cientos de veces más potente y con miles de veces la capacidad que tenía el computador con el se viajó hasta y se aterrizó en la luna hace cerca de medio siglo).
Un computador que mientras esté “en la calle” me permite full conectividad, la suite de productividad que quiera (Office o Google Suite) y todo mi contenido en formato móvil, fácil de usar con los pulgares o con el S Pen.
Pero que cuando llegue a un sitio estático, la casa o la oficina, en donde tal vez quiero un set up más “profesional” y una pantalla más grande en formato horizontal me permita, con solo conectar el cable de HDMI, pasar al modelo de trabajo “tradicional” sin tener que cambiar de dispositivo. Un ambiente en el que, además de las prestaciones propias del Note, el S Pen comienza a jugar un rol nuevo y super interesante con sus nuevas funcionalidades. Un rol más de productividad y de complemento de lo que puedo hacer con el teclado y un mouse inalámbricos.
Por USD 1249 uno se compra un PC decente. Pero igual va a requerir un smartphone para todos esos momentos en que no está sentado en el escritorio (que cada vez son más en el caso del público objetivo del Note). ¿Qué pasa si en vez de tener 2 dispositivos diferentes, toma esos USD 1249 y se compra un Note 9 que puede servir como smartphone y como computador de escritorio?
Lo primero que me dirá es “cómo voy a vivir sin Windows!” Y lo primero que le diré es que somos millones de personas las que ya no usamos Windows, ni Office, ni ningún producto de Microsoft. Lo segundo que le diré es que con base en mi experiencia con DeX – la versión del año pasado, no he probado la que viene con el Note 9 aún –  el modo “computador” que ofrece Samsung en los equipos compatibles es casi perfecto, la curva de aprendizaje es corta y fácil de coronar y para el grueso de los usuarios es suficientemente buena como para reemplazar windows por completo.
Y ahí es donde creo que Samsung puede crecer la base de usuarios potenciales del Note. Porque el Note no es un dispositivo para consumidores sino para aquellos que producen contenido. Y con todas las adiciones – memoria, pila, RAM, el S Pen, etc – esa producción se puede hacer en modo “teléfono” o “computador” ampliando las posibilidades de uso del dispositivo.
Yo se, USD 1249 es un poco de plata. Y por la mitad del precio es posible conseguir smartphones buenos y bonitos que hagan casi todo lo que hace el Note 9. Pero ese pedacito que no lo hace ningún otro dispositivo, porque no puede crecer a 1TB, porque no tiene lo que ofrece el nuevo S Pen y porque no tiene DeX, es lo que agrega valor suficiente para que justificar el precio.

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