Hay personas que dicen (con un doble sentido muy morboso): “el tamaño no importa, lo más relevante es la personalidad o la intención”. Luego, suelen aclarar que esta afirmación se refiere a los detalles o regalos que suelen darse a los seres queridos en ocasiones importantes (cumpleaños, navidad y otros). Pero, la verdad es que, en el área de los televisores, el tamaño sí importa, y mucho. Otros factores que también suelen influir son el sistema operativo (WebOS 2.0, Tizen, Android TV, etc…), la resolución, el procesador y algunos otros detalles que hacen parte del rendimiento de un equipo.
Pensando en todo, en el tema de la resolución, vale la pena explicar el concepto de la llamada tecnología 4K o ultra HD que brinda 8 millones de píxeles y es cuatro veces superior a la que hoy ofrece el estándar Full HD. En palabras simples, es una barbaridad, es como tener 4 pantallas juntas!! El usuario se pueda acercar a la pantalla (si el contenido está hecho para 4K) sin ver el pixel por ningún lado. Como era de esperarse, esta tecnología seguramente le ayudará a percibir lo deficiente que es la calidad de la señal de los canales de TV locales que no alcanzan siquiera a ser Full HD. Ahora bien, cuando se habla de la TV, películas o series por suscripción la cosa ya cambia, ya que al tener acceso vía streaming como en el caso de Netflix, se pueden encontrar varios contenidos en resolución Ultra HD o 4K.
Así pues, cuando se va a consumir este tipo de contenidos, es necesario usar de manera correcta las entradas HDMI de los TVs ya que, aunque a primera vista parecen todas iguales, tienen grandes diferencias en materia de versiones:
- HDMI 1.0: compatible con pantallas Full HD (1080p) y audio digital de 5.1 canales, los mismos que se encuentran en los reproductores tradicionales de Blu-Ray.
- HDMI 1.1 y 1.2: compatible con nuevos formatos de audio, como DVD-Audio, que es un formato de sonido de alta definición que no incluye imágenes.
- HDMI 1.3: compatible con formatos de audio con compresión sin pérdida de calidad como el DTS-HD Master Audio y Dolby TrueHD. Además integra la opción de CEC que permite enviar comandos a través del cable para que el control remoto o una tarjeta de video pueda controlar lo que pasa en la TV o decodificador.
- HDMI + MHL (Mobile High Definition Link): compatible con dispositivos móviles para ampliar el contenido de los mismos en una pantalla de gran formato y recargarlos al mismo tiempo que se hace la transferencia de audio y video. Además este tipo de conexión permite controlar algunas funciones de móvil desde el TV.
- HDMI 1.4: compatible con pantallas con la resolución 4k a 30 Hz (cuadros por segundo).
- HDMI 2.0: compatible con pantallas con la resolución 4k a 60 Hz (cuadros por segundo).
Todos los detalles anteriormente mencionados suenan bien pero, seguramente, no todos los lectores saben qué hacer con dicha información; por lo mismo, vale la pena mencionar algunos casos de uso:
- Los jugadores acérrimos suelen tener computadoras con tarjetas de video súper potentes, capaces de procesar una cantidad muy grande de píxeles para ejecutar todos los juegos con el máximo detalle y alto desempeño. Pero de nada sirve contar con este tipo de maquina si al conectarla a un TV el puerto HDMI reduce la calidad de la imagen percibida por el usuario.
- Los amantes del cine suelen disfrutar al ver contenidos en ultra alta definición (UHD), pero si tienen un flamante TV 4K y lo conectan a otro pomposo reproductor 4k usando una entrada del tipo RCA o HDMI 1, ello no tendría sentido, ya que se va a perder bastante en materia de calidad y fidelidad.
Seguramente los casos anteriormente citados ayudan a ilustrar, de manera pintoresca, la razón por la cual es necesario usar las cosas en forma correcta, pues, finalmente, por algo existen varias versiones de HDMI (no es sólo un capricho de los fabricantes).