En el año 2009, durante el festival South by Southwest, una de las principales reuniones de geeks en el mundo, Dennis Crowley presentó al mundo a Foursquare. El servicio fue un éxito total. La principal funcionalidad de este servicio era la de chequearse al llegar a un lugar, lo cual permitía a mis amigos saber que estábamos haciendo en cualquier momento y así facilitar los encuentros sociales. El servicio ademas se tornó viral, gracias a un diseño de juego, que permitía recoger ciertos premios virtuales (badges) en la medida en que los usuarios iban apareciendo en diferentes lugares.
Vamos al año 2013, y aunque el chequeo no ha muerto, por el contrario sigue muy vivo, la industria ha cambiado completamente de objetivo. Posiblemente sin proponérselo, Crowley despertó y revolucionó la industria de las recomendaciones sociales. Foursquare es el líder de este mercado, pero ha sufrido el proceso de buscar una forma de monetizar su servicio. Tiene una de las bases de datos mas completas de negocios locales en el mundo, pero sus usuarios no encuentran una razón para pagarle a Foursquare por lo que hace y por el contrario empiezan a sufrir un síndrome que se conoce como el cansancio del check-in. A través de varias iteraciones en su modelo de negocio, han tratado de combatir este fenómeno y convertirse en una plataforma de recomendaciones. Por la amplitud de su base de datos, Fousquare sigue siendo el primer lugar que consulto cuando estoy buscando un lugar para visitar.
En algún momento del proceso de maduración de esta industria, Facebook también montó su plataforma para chequearse a la entrada de algún lugar. De hecho Foursquare rápidamente se integro con ella, y hoy sigue siendo posible chequearse de manera simultánea a ambos servicios. La apuesta de Facebook no ha sido tan exitosa como la de Foursquare. El problema es que Facebook nunca ha explotado la información que allí se recopila, o de repente sí, pero por la manera como intentan monetizar su plataforma el estado del servicio no es el mejor. Algunos la siguen usando, mas con fines de entretenimiento que por otra razón.
Google tomó otro camino inicialmente. Con la creación de Latitude, Google pensó que estábamos interesados en conocer al detalle cada uno de nuestros movimientos. La plataforma realmente nunca pegó entre los usuarios, primero porque Google realmente nunca la publicitó lo suficiente y segundo porque desde su inicio ha sido criticada por los defensores de la privacidad. La plataforma sigue funcionando y es la base que usa el servicio Google Now para sus recomendaciones hoy. El camino que recorre Google es bien interesante, pues aunque también usan el check-in, han buscado la manera de eliminarlo, tratando de anticipar el próximo movimiento del usuario, cruzando información entre su historial de búsquedas y el comportamiento diario de la persona. En los próximos días haré una revisión mas a fondo del funcionamiento de Google Now. por lo pronto le puedo decir que me parece revolucionario.
Debo decir que a mi me encanta el tema de avisar en donde me encuentro. No necesariamente para dejarle saber a cada uno de mis amigos en donde me encuentro, sino para poder analizar hacia adentro mis parámetros de comportamiento. Durante casi 2 años usé continuamente Google Latitude, en principio con el fin de cruzar información en línea con mis familiares, lo cual resultaba bastante práctico, pues en muchas ocasiones nos dimos cuenta con mi padre que estábamos cerca el uno del otro y nos podíamos recoger mutuamente. También usé Foursquare con mucha regularidad, hasta que caí en el cansancio del check-in y empecé a olvidar hacerlo. Para combatirlo busqué herramientas que automatizaban el proceso de chequeo como PlaceMe, que se integra con Evernote o MayorMaker, ya abandonada, que automatizaba a Foursquare. La primera me llamó la atención, pero aún funciona ensilada en su propio sistema, y la segunda simplemente fue abandonada por su creador.
Como decía antes, en los últimos días he estado usando Google Now, y tengo que decir que ha revivido en mí, la pasión por el chequeo. Inicialmente la plataforma de Google era bastante inexacta en sus recomendaciones, pero esto ha cambiado desde que reinicie mi actividad de chequeo. Con mas información relevante de la cual alimentarse, las recomendaciones de Google son cada vez mas precisas. La conveniencia, en mi caso particular, supercede las preocupaciones por la privacidad. Me imagino un futuro no muy lejano en el cual con solo mirar mis reloj (o míos google glass), recibo un par de recomendaciones para almorzar y las direcciones para llegar allí desde donde estoy. De cierta manera ya sucede con Google Now, aunque el proceso aun tiene mucha fricción. No resisto esperar para ver que viene mas adelante.