En otra entrada, discutí escuetamente la tendencia TSPD (Traiga Su Propio Dispositivo, o BYOD por su acrónimo de inglés Bring Your Own Device) en los ambientes educativos. Al final de la nota decía que eran necesarias cuatro condiciones para que la implementación fuera exitosa, siendo una de ellas: Una política clara de uso (y abuso).
La política de uso debe tener en cuenta los siguientes cuatro aspectos:
- Acceso a la información: i) conexión: ¿Cómo se conectan los dispositivos? ii) Información ¿Cómo se accede a la información? (¿Y a cual información?) Me parece, sin ser técnica, que ambos asuntos están ligados a la seguridad. Por un lado, los avances tecnológicos permiten accesos seguros y autenticados a redes inalámbricas, que al decir de los entendidos generan menos costos de largo plazo. Por otro lado, es importante, MUY importante garantizar que la información que se accede en las redes de las instituciones educativas sea la adecuada en términos éticos, particularmente. Le dejo desarrollos más precisos sobre este tema a mis colegas de este blog que son más “geeks” que yo y sobretodo son VERDADEROS expertos en el tema informático.
- Unas reglas precisas de acceso que respondan a estas preguntas (y otras preguntas): ¿Dónde se pueden usar estos dispositivos? ¿Cómo se pueden utilizar los dispositivos? ¿Qué actividades están permitidas y cuáles no están autorizadas? Por ejemplo, se pueden usar en el salón de clase pero no durante los experimentos de química, por razones obvias. Se pueden utilizar para tomar apuntes pero no para chatear con los amigos.
- Un régimen sancionatorio claro y preciso (y “enforceable”) que tenga en cuenta que pasa si no se cumplen las reglas. Una sanción que parece tener bastante efecto en la casa y en la clase es prohibir el acceso a la red de la institución por un tiempo. Es importante que las sanciones sean adecuadas al “crimen”. También puede ser una buena idea que los estudiantes participen en su diseño. Este es un ejercicio de ciudadanía digital importante que debería ayudar a darle legitimidad a las sanciones y por ende promover el buen uso del sistema. (esa es la teoría, por lo menos)
- Un “disclaimer” preciso de las responsabilidades de la institución educativa: Acá NO vale la letra menuda, se trata de la seguridad de todos y todas. La organización en particular debe establecer: i) cuando y como se “accede a la red”, ii) la institución no es responsable por la pérdida ni el daño ni el mantenimiento de los aparatos.
Mientras escribía esta entrada caí en cuenta que tal vez el reto MAS grande de establecer una política de TSPD es como convertirla en un elemento educativo, para aprender a ser ciudadanos digitales responsables, para aprender que las acciones tienen consecuencias, que en la Red como en el parque no se habla con extraños ni se aceptan “dulces”. El mundo digital nos enfrenta a nuevos retos como educadores, como padres, como ciudadanos y está en nuestras manos decidir si los asumimos o no. Y no asumirlos puede ser muy peligroso.