Esta mañana Blackberry nos invitó a ver el lanzamiento de su nuevo dispositivo, el Blackberry Passport. Les cuento algunas de nuestras primeras impresiones.
El gran diferenciador del Passport es el factor de forma. Blackberry diseñó un dispositivo completamente diferente, que imita con precisión la forma de un pasaporte. La idea es que el dispositivo pueda ser llevado en el bolsillo como si se tratara de un documento mas. Lo cierto es que la forma llama la atención. Mi primera reacción es que es demasiado grande, pero lo probé en mi bolsillo y es del tamaño perfecto.
La pantalla es, y se siente, diferente a las demás. La razón, obviamente, es que se aparta del diseño tradicional. Es perfectamente cuadrada, 4.5” de alto y ancho. Por esta razón la la pantalla se percibe mas grande, y por ende mejora susceptiblemente la legibilidad y la interacción del usuario con el dispositivo. La resolución y calidad de las imágenes es de calidad similar a las pantallas de alta definición que hemos visto en otros dispositivos, pero por permitir un mayor número de caracteres a lo ancho, hay una sensación de alta calidad.
La duración de la batería no es un gran diferenciador. Son las mismas 10–15 horas en escenarios de uso ligero, a las que ya estamos acostumbrados con todos los dispositivos disponibles en el mercado.
El gran handicap de la marca, para mi gusto, es el ecosistema. Si bien hay muchas aplicaciones desarrolladas específicamente para la marca, el numero sigue siendo casi 2 ordenes de magnitud inferiores a iOS y a Android. La marca sabe que este es su problema principal y ha creado una vía de emulación que le permite a sus usuarios usar aplicaciones Android de Google Play o Amazon en sus dispositivos. Aunque el procedimiento ha mejorado susceptiblemente, sigue siendo demasiado complicado para el usuario común. Y las aplicaciones definitivamente no son nativas, lo cual es especialmente cierto en un dispositivo con un factor de forma de pantalla inusual.
Quería dedicarle un capítulo específico al teclado del Passport. Claramente no soy amigo de los teclados físicos, pero comprendo perfectamente que para algunos usuarios este es pueda ser un killer-app. Los diseñadores del dispositivo lograron combinar lo mejor de ambos mundos. Es un teclado físico, pero se comporta como un teclado virtual. Las teclas son sensibles al tacto y permiten hacer scrolling, o gestos, como si se tratar de un trackpad.
A la hora de la verdad, Blackberry quiere posicionarse como líder en el mercado profesional. Su posicionamiento con este dispositivo es el de una marca que atiende el mercado corporativo. El principal argumento de venta son las características de seguridad construidas específicamente con el sector corporativo en mente. Yo personalmente creo que es un error. Hoy en día muy pocos quieren usar el dispositivo que les entrega la empresa. Casi que podríamos decir que no queremos usar ni las aplicaciones que provee la empresa. Los ejecutivos de Blackberry hablan de productividad en su discurso y, hay que decirlo, el Passport con su pantalla cuadrada tiene potencial de mejorar la productividad. Pero el mensaje de conexión entre dispositivo y usuario está perdido. Entré entusiasmado al evento y me gustó el dispositivo. Pero después de oro el discurso, me pareció un dispositivo aburrido.
El Passport es un dispositivo que llama la atención. Es diferente y claramente apela a las necesidades de las empresas. A menos de que ud. sea un de los pocos usuarios que le quedan a la marca, no creo que el Passport vaya a cambiar su decisión de comprarse otro dispositivo. Creo que la marca se equivoca al pensar que puede ganar mercado de consumo desde el uso corporativo. Me atrevo a asegurar que a quienes le entreguen uno de estos dispositivos lo van a usar en el contexto obligatorio de la empresa, pero por fuera usarán Android o iPhone. Ya hasta el chat de Blackberry perdió su appeal. Es que ni siquiera me atrevo a decir que la marca está en problemas, hay una mejoría evidente en los dispositivos, pero cuando pienso en Blackberry estoy sintiendo irrelevancia.