El “Impuesto Google” es el nombre que se la ha dado a un grupo de normas recientemente aprobadas por el Parlamento Español y dentro de las cuales se destaca el derecho de los medios informativos españoles a cobrar a los agregadores como Google, Bing, Yahoo, Duck Duck Go, etc, etc, cuando estos muestren sus noticias como parte de los resultados de un búsqueda.
Si. Así como lo oye. La Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) fue el promotor de la nueva ley, con la que busca que los motores de búsqueda les paguen por llevarles lectores a sus portales noticiosos, dado que no han sido capaces de adaptar sus negocios escritos a la nueva realidad digital del mundo. Es como si en los 90 las Páginas Amarillas tuvieran que pagarle a los establecimientos por incluirlos en su listados (y no al revés).
La ley entrará en vigencia el 1 de Enero de 2015, momento en el cual Google (y los demás buscadores) sencillamente deberían dejar de incluirlos en los resultados y deberían dejarlos “en la oscuridad”, esperando que estos encuentren sus propias maneras de difundir su contenido.
Es claro que una cosa es utilizar la propiedad intelectual de otros para beneficio propio. Pero en un mundo en el que hay más de Mil Millones de sitios web y un número similar de apps, en el que ya no son unos pocos los que producen contenido sino que todos somos “pro-sumidores” y en el que encontrar algo sin la ayuda de un buscador es prácticamente imposible, parece ilógico (a) no querer estar listado en los resultados de un buscador y (b) querer cobrarle a aquel que eventualmente les generará el tráfico que pueden monetizar.
No es la primera de este tipo de leyes que se aprueba en Europa. En Francia y Alemania ya existen leyes similares; leyes que han llevado – más que aun incremento de las ventas como esperaban los diarios – a una redefinición de la manera en que se muestran los resultados. En el caso de Alemania, por ejemplo, Google sólo muestra links sin ningún tipo de extracto de la información obligando a los usuarios a entrar a cada uno de ellos con el fin de validar si el resultado es relevante o no.
Este es otro de los muchos capítulos en los que los negocios tradicionales, que han venido siendo atacados por una horda de nuevos negocios digitales que generan eficiencias y cambian las mecánicas del status quo, buscan echarle la culpa a otros de su miopía y buscan exprimir a quienes han liderado la revolución digital antes que buscar alternativas para sus negocios milenarios.
La industria del música, la de las películas, la de los libros impresos, la del transporte público y la de la hotelería, se encuentran entre ellas que están en disputas con los gigantes digitales para proteger – muchas veces a costo de los usuarios – modelos de negocio ineficientes que funcionaban bien en el Siglo XX pero que con la revolución móvil han pasado a ser obsoletos o que ya han sucumbido ante las nuevas dinámicas del estado actual de la economía.
Es la hora de que los Editores de diarios de todo el mundo, y la verdad todo aquel que quiera ser exitoso en un negocio en la era digital que estamos viviendo, enfrente la realidad. Sin Presencia y Negocio Digital no hay futuro. Sin adaptarse al mundo móvil, no hay futuro. Sin entender que ahora son los consumidores los que mandan y que ya no competimos con el vecino sino con todo el mundo (sin importar si es grande o pequeño), no hay futuro.
Es hora de que papanatas como los miembros del AEDE, los legisladores que los protegieron y todos aquellos que se rehusan a entender que la dinámica del mercado ha cambiado dejen de actuar como avestruces y saquen la cabeza de la tierra.
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