El jueves de la semana pasada, en medio de una de las sesiones del Congreso norteamericano a la que se están citando a los CEOs de las Big Tech, un detalle llamó la atención de varios de quienes veíamos las intervenciones de Jack Dorsey, el cofundador y CEO de Twitter: un extraño reloj que no parecía dar la hora pero que cambiaba espontáneamente.
Mírelo bien, detrás del hombro derecho de Dorsey, en lo que parece su cocina. Durante un buen rato mostró el número “1952” pero luego apareció 676,274 lo que puso a los teoristas conspirativos de la blogosfera a debatir qué era, para qué servía y -sobretodo- por qué Dorsey lo tendría en una posición tan prominente durante su intervención.
Pues bien, es un BlockClock Mini, creado y vendido por la gente de CoinKite por la módica suma de $400 dólares.
¿Qué hace el BlockClock Mini?
El BlockClock Mini es una “pieza de arte” interactiva que muestra, en tiempo real, el precio de varias criptomonedas, muestra el tamaño de nuevos bloques que han sido minados por los criptomineros y muestra el saldo de los inversionistas en este tipo de activos digitales.
En el caso de Dorsey, el equipo de CNET ha llegado a la conclusión de que las cifras corresponden al valor de Satoshis por dólar (un Satoshi es la medida mínima de un bitcoin) -1,952- y la cantidad de bloques que hay en el blockchain de Bitcoin: 676,274.
Jack ❤️ Bitcoin
Dorsey ama las criptomonedas. Su perfil de Twitter sólo tiene una palabra en la descripción. O mejor, un hashtag: #Bitcoin.
Su otra compañía, Square, es una de los pocas compañías -junto con Tesla y MicroStrategy- quienes tienen inversiones en Bitcoin y hace un par de semanas vendió su primer Tweet por $2.9 Millones de dólares bajo la muy de moda figura de un Non-Fungilbe Token o NFT (si quiere saber qué es un NFT léase este artículo).
Y, sin embargo, creo que fue algo intrépido y osado de su parte ponerle en la cara a los miembros del Comité de Energía y Comercio del Senado el dispositivo, como un recordatorio de lo que viene, de lo que pueden esperar y de cómo mientras ellos siguen viviendo en el pasado hay personas que están trabajando arduamente para acabar con el status quo.
