Creo que para nadie es un secreto lo mucho que ha cambiado la manera en que trabajamos en los últimos años. Y aunque muchos asocian estos cambios a lo ocurrido el año pasado con el COVID, la verdad es que la pandemia no fue más que un acelerador de algunos cambios que ya se veían venir y que, poco a poco, habían comenzado a permear organizaciones de todo tipo.
Hace unas semanas compartí con ustedes algunos de los anuncios que hizo Google relacionados con la manera en que volverán a sus oficinas en todo el mundo y seguirán ejecutando sus labores sus colaboradores en todo el mundo (aquí está la nota por si no la leyó y le interesa hacerlo).
El futuro de las reuniones
El viernes, el equipo de Microsoft mostró la nueva interface Microsoft Teams y más allá de un cambio estético bien bonito (déjeme confesar que Teams es la aplicación de reuniones que menos me gusta de todas), se ve un cambio en la filosofía de cómo será el futuro de las reuniones y del trabajo.
Un modelo híbrido en el que se mezclan personas que están presentes físicamente con aquellos que se conectan remotamente, en las que se puede compartir y trabajar mancomudamente en documentos de forma colaborativa y en la que los asistentes pueden ver a los demás participantes ya no en ventanitas independientes sino de forma unificada.
Una interfaz que utiliza audio espacial para imitar el sonido que oiríamos si la persona que se conecta de forma remota estuviera en la sala (generando un modelo más natural) y en el que todos los asistentes se sienten más presentes. Véalo usted mismo:
Más allá de las reuniones
Si hay un efecto realmente poderoso del 2020 en el trabajo es la destrucción del status quo relacionado con la necesidad de tener que tener a todos los empleados en un mismo sitio al mismo tiempo, un modelo que nació con la 2da Revolución Industrial y que ha forjado nuestro esquema actual de trabajo, educativo y social. Un modelo que es el responsable del modelo de ciudades que hoy tenemos y que ha generado esos clusters de innovación en diferentes partes del mundo.
Pero eso cambió. En palabras del propio Satya Nadella, CEO de Microsoft, el trabajo híbrido es la siguiente “gran disrupción” y ha llegado no sólo para quedarse sino para cambiar muchos de nuestros preceptos y creencias.
Modelos de trabajo flexible, asincrónico e híbrido serán la norma y permitirán que la gente trabaje desde diferentes partes del mundo, escogiendo ciudades más pequeñas, con mejores estándares de vida que los que ofrecen las grandes metrópolis. Un modelo que democratizará el acceso a oportunidades laborales al permitir a personas de otras ciudades e incluso países presentarse a una vacante.
Un modelo que obligará a los líderes a conectarse y entender más a sus empleados. Un modelo que debe desenmascarar los efectos de la “hiperproductivdad” en una fuerza laboral que trabaja cada día más y vive exhausta. Un modelo que debe utilizar lo digital para permitir un mejor balance vida-trabajo, especialmente para la Generación Z que se siente cada vez más desconectada.
Un modelo para un mundo cada vez más conectado, más rápido y más complejo, que comienza a entender que hay más en la vida que trabajar, comer y dormir y que busca permitirle a cada persona explotar sus habilidades particulares para obtener mejores resultados.
Si quiere ahondar en el tema, lo invito a que se lea el 2021 Work Trend Index producido por Microsoft.