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El matoneo o “Bullying”. ¿Qué hacer para prevenirlo?

No deje que su hijo sea víctima del Bullying por falta de información!

Generalmente, en todos los colegios siempre se encuentra aquel niño que parece tomar muchas hormonas en el desayuno ya que, desde muy corta edad,  cuenta con la contextura de un mayor de edad y, en ocasiones, con la de un fisicoculturista. Puede que a muchos de los lectores les de un poco de pánico el simple recuerdo de esas épocas, cuando eran asediados e intimidados por medio de la violencia física.

 

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En la actualidad las cosas han cambiado un poco, para bien o para mal (dependiendo de la perspectiva como se mire la situación), ya que ahora los matones o “bullies” han pasado de irse a las manos a transladarse al mundo de internet, donde ahora hacen el hostigamiento de sus víctimas por medio de Facebook, Twitter (redes sociales), chat, correo electrónico o sitios web públicos.

 

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Generalmente el Bully busca molestar, amenazar, humillar y/o acosar a sus víctimas ( a las que ve en situación de inferioridad o como diferentes) por medio de la difusión de falsos rumores, montajes humillantes (bien sea por medio de fotos, caricaturas, dibujos o videos). Algunas veces incluso llega hasta amenazar a sus familiares y/o amigos.

 

Para no revelar su identidad tan fácilmente, el matón suele recurrir a la creación de perfiles falsos en redes sociales o sitios que no exijan una validación exhaustiva de la identidad, con el fin de agredir sin dejar rastro. Lastimosamente, algunos de los falsos rumores pueden llegar a expandirse en internet de manera viral, lo cual, suele perjudicar en gran medida a sus víctimas, ya que las agresiones algunas veces permanecen al aire por largos periodos de tiempo afectando en gran medida la reputación de quien sufre el ataque.
 

 

Puede que muchas de las situaciones vistas en el video parezcan fuera de contexto pero, el CiberBullying es real y puede darse de muchas formas, prácticamente en cualquier medio digital en línea y tenga acceso al público. Por lo mismo, hay que proteger y regular la exposición de los menores de edad a las redes sociales, email, mensajes de texto, chats, páginas de juegos en línea, y otros.

 

 

Tal como lo decía anteriormente el artículo sobre el Grooming, desafortunadamente, no es posible evitar que los niños y adolescentes usen las nuevas herramientas digitales. Así pues, hay que trabajar más en pro de la educación y el control que de la prohibición, usando las opciones disponibles para tomar control de la situación.

 

Los consejos de los expertos son:

 

  • Hacer el seguimiento de las actividades en línea hechas por el niño para entender  su comportamiento, los sitios (en las diferentes aplicaciones) y las personas que frecuenta. De esta forma es factible evaluar los peligros a los cuales se encuentra expuesto.
  • Concientizar a los menores para que conozcan los riesgos a los cuales pueden verse enfrentados al publicar fotos, videos y en general información en línea.
  • Instruir al niño para mostrarle que, al igual que en el mundo real, en internet la confianza es algo que se gana y, por lo mismo, no se puede confiar en todo el mundo ni interactuar con desconocidos y mucho menos activar la cámara web en actividades de video-chat.
  • Instalar un programa de control parental para filtrar sitios y contenidos potencialmente peligrosos, establecer horarios de uso de las terminales, lugares para conectarse y otros.
  • Establecer procedimientos de comportamiento en caso de que el menor se sienta inmiscuido en una situación de matoneo.
  • Es importante aclararle al niño que la violencia suele generar más violencia, así que este tipo de casos debe tratarse por medio de la solidaridad, prevención y cooperación. Ahora bien, es bueno guardar la evidencia para presentarla ante las autoridades pertinentes y evitar que el Bully siga en sus andanzas molestando a otros.

 

Por último pero, no menos importante, hay que recordar que: en el hogar los mejores recursos de protección y bienestar siempre serán la sinceridad, el respeto mutuo, el cariño verdadero y, sobre todo, la comunicación para que siempre el niño se sienta cómodo al comentarle a un adulto responsable lo que le ha pasado.

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