No pasó ni siquiera un día completo y ya Facebook me hizo quedar mal con ustedes. En mi artículo de ayer dije que Facebook está posicionado perfectamente para reemplazar el número telefónico y convertirse en nuestro sistema único de identidad global. También dije que Facebook no estaba interesado en serlo. Me equivoqué completamente.
Facebook anunció ayer una nueva característica del Messenger que comprueba lo equivocado que estaba yo. Ahora, con Message Requests cualquiera podrá enviarle un mensaje usando su nombre en Facebook. Antes de que se preocupe porque su Facebook Messenger se va a llenar de spam, hay que entender como funciona.
Los mensajes no llegarán directamente a su inbox. Antes harán una parada preliminar en la sección de “message requests”. Allí ud. podrá ver quien le envió un mensaje, podrá verificar si tiene amigos en común con el, y podrá ver algunos datos públicos que le permitan identificar quien le está escribiendo. Así podrá decidir si ignorar el mensaje, bloquear a quien lo envió, o por el contrario leerlo, contestar, e iniciar una conversación con ese interlocutor.
Lo lindo del asunto, es que quien le haya enviado el mensaje no sabrá nunca cual fue su decisión. Si decide evitar el contacto, los mensajes seguiran cayendo a una bolsa de mensajes filtrados. Si decide contestar habrá creado un nuevo tipo de relación con su interlocutor. No es necesariamente un nuevo amigo en Facebook, con los derechos y virtudes que estos tienen. Pero si es una persona con la que está abierto a conversar, algo que es importante en un mundo donde las oportunidades tocan a la puerta cuando menos se espera.
La diferencia entre los modelos actuales y este nuevo modelo es muy importante. Hasta ahora hemos protegido nuestra identidad y privacidad obscureciendo nuestros datos. Es decir que nos hacíamos difíciles de encontrar para protegernos. Ahora vamos a ser fáciles de encontrar, pero vamos a tener herramientas que nos permitan controlar quien y por qué motivo nos puede contactar.
Esta sola razón puede ser la que acabe con el monopolio del número telefónico como principal medio personal de identificación. El número telefónico de nuestro celular sigue siendo una ventana abierta al mundo. Cualquiera que lo tenga puede interrumpir nuestras vidas para hacernos llegar un mensaje que no sabemos si queremos oir. Por esa razón lo escondemos y evitamos publicarlo.
Cualquiera que tenga nuestro nombre, podrá contactarnos por Facebook pero estará en nuestro control aceptar el mensaje. Podemos dar nuestro nombre tranquilamente, sin dudar de que nos van a inundar de ofertas e interrupciones. Es un futuro que si puedo soportar. A partir de hoy veo los días del número telefónico contados.