Con la inminente llegada de iOS 14.5 (¿última semana de marzo, maybe?) los desarrolladores de aplicaciones se preparan para uno de los cambios más importante en el modelo de privacidad y acceso a la información de los usuarios del iPhone.
Un modelo que le preguntará al usuario si quiere permitir que las aplicaciones (cada una de ellas) de su celular puedan utilizar el Identificador Único del Dispositivo para Anunciantes (IDFA) para “seguirlo” en sitios web y aplicaciones de terceros.
Y aunque a todos los desarrolladores los afecta por igual, las redes sociales serán las primeras en sentir el impacto. Todas ellas han mencionado, en sus más recientes reportes financieros que este cambio podría afectar sus ingresos a futuro.
Sin embargo, la reacción de Facebook -quien ya sabemos ha decidido declararle la guerra a Apple por esta implementación– contrasta ampliamente con aquellas de Snapchat, LinkedIn y el mismo Twitter.
Para Ned Segal, CFO de Twitter estos cambios podrían “nivelar el campo de juego” y promover un mercado más equitativo.
Jeremi Gorma, la Chief Business Officer de Snap (la compañía dueña de Snapchat), ha expresado su apoyo a las medidas de privacidad anunciadas por Apple.
Y LinkedIn anunció esta semana vía un comunicado que dejarán de recolectar data asociada al IDFA de los usuarios en iOS en preparación de los cambios.
“We have decided to stop our iOS apps’ collection of IDFA data for now. Although this change affects the LinkedIn Audience Network (LAN), Conversion Tracking and Matched Audiences, we expect limited impact to your campaign performance, and don’t foresee major changes required for your campaign set-up. – LinkedIn”
¿Por qué es este cambio tan importante si Apple tiene menos del 20% de market share? Porque el iPhone es más fuerte en los segmentos y regiones donde estas compañías obtienen la mayor parte de sus ingresos (Estados Unidos y Europa).
Pero además porque Google ya ha dado a entender que seguirá el ejemplo de Apple en un futuro cercano, limitando el uso de tecnologías similares e incluso cookies de terceros, lo que puede cambiar -por completo- la manera en que la industria de la publicidad viene funcionando desde hace ya más de una década.