Hace algunos días argumentaba en un post que el futuro de la economía digital recae sobre la confianza que podamos tener en los curadores de contenidos. Así, para tomar un taxi confiamos en que Uber haga un buen trabajo para elegir a los mejores conductores. Para elegir un restaurante dependemos del criterio de los usuarios de Yelp. O para escoger un producto en Amazon, primero leemos las calificaciones que otros usuarios ponen.
La aplicación de moda por estos dias se llama Peeple. Peeple, que está a un mes de su lanzamiento, permitirá a sus usuarios calificar personas de la misma manera que calificarían restaurantes, aplicaciones o productos. De acuerdo al diseño de sus desarrolladores, los usuarios calificarán a terceros en tres categorias principales: romantica, profesional o personal.
Las calificaciones no serán anónimas, dicen los desarrolladores. Todos los calificados sabrán quien dice que sobre ellos. Además habrá una confirmación para asegurar que existe una relación entre ambas personas. Para calificar a alguien el usuario debe confirmar que la conoce ingresando el número de teléfono.
El detalle que hace interesante (y a la vez terrorífico) a Peeple, es que no es necesario ser un usuario registrado para ser calificado. Así, aunque no esté registrado en sus bases de datos, Peeple enviará un mensaje de texto al calificado, para avisarle del feedback recibido.
Con esas características, Peeple tiene el potencial para convertirse en el directorio mundial de facto. Me puedo imaginar un futuro en el cual siempre consultamos Peeple antes de hacer un negocio o salir en una cita romántica con alguien. Habrá un incentivo muy grande para ser una buena persona.
Obviamente la aplicación no está exenta de dudas. Los desarrolladores han incluído el “derecho a pataleo” en su diseño. Así los calificados tienen la posibilidad de cuestionar la calificación que hayan recibido. Es una medida necesaria para proteger la reputación de una persona frente a enemigos declarados y públicos. Mi gran duda recae sobre la sinceridad de los usuarios. Se me antoja de alguna manera similar a las ratificaciones que uno a veces recibe en LinkedIn, donde personas que uno poco conoce terminan diciendo que es un experto en uno u otro campo del conocimiento.
Peeple estará disponible mas o menos en un mes. Vale la pena estar pendiente de Peeple, ¡¡y ser buenas personas!!
Me parece un incentivo bastante represivo: Acaso tenemos que estar sometidos a que nos vigilen para que seamos “buena gente”? Dos, como así que se podrá calificar a personas incluso si no están registradas? Con que derecho se creen los desarrolladores para tomarse una atribución que ni siquiera el Estado realiza (o al menos en esa forma tan agresiva)
La aplicación olvida que existe el derecho al buen nombre y dicha metodología es una forma muy sutil de violar ese derecho. O sino preguntemos a Google como le ha ido con el espinoso tema del derecho al olvido