Una de las grandes mejoras que han recibido las recientes versiones de los dispositivos móviles es la posibilidad de leer la huella digital de los usuarios. En el papel es un método extraordinario para mantener la seguridad de los dispositivos que además ofrece conveniencia para los usuarios. Pero el uso de la huella digital ha abierto un hueco legal en la privacidad de los usuarios, especialmente aquellos que viven en los Estados Unidos.
Hace casi ya 2 años una corte del estado de Virginia decretó que la policía tiene la potestad de obligar a los sospechosos a desbloquear sus dispositivos con la huella digital. En febrero de este año, la policía de Los Angeles hizo uso de esta potestad con una mujer sospechosa de robarse la identidad de terceros.
Lo curioso es que si la sospechosa no hubiese configurado la seguridad del dispositivo con su huella, no lo habría tenido que desbloquear para la policía. La Quinta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos protege a los ciudadanos de incriminarse a si mismos. Así, para evitar torturas y prácticas no avaladas por los derechos humanos, una agencia de gobierno no puede obligar a ninguna persona a entregar códigos o claves que hayan sido memorizadas. Pero un identificador biométrico, como lo es la huella digital, no revela información de la memoria de los sospechosos, luego pueden ser usados.
Conocemos varios trucos que permiten duplicar una huella digital para ser usada con fines de dudosa procedencia. Pero si recuerdan bien la reciente historia del iPhone de un terrorista, sabrán que el FBI gastó mas de 1 millón de dólares para desbloquearlo. Luego ¿cuál es el sistema de protección mas seguro?