Si aún no lo ha oído, seguro lo hará en los próximos días: Facebook planea cambiar su nombre. La noticia fue revelada anoche por The Verge, indicando que el cambio puede ocurrir antes del cierre mes. La pregunta que a muchos les quedó fue…
¿Por qué cambiaría Facebook de nombre?
Y la pregunta es importante porque, como marca, “Facebook” es una de las más reconocidas y valiosas del mundo. Perderla no parece tener mucha lógica. Pero hay varias explicaciones:
Lo que nació como una aplicación para rankear mujeres por su belleza (sí, así nació The Facebook) es hoy por hoy un conglomerado de compañías que encapsula redes sociales, servicios de mensajería, una de las redes de publicidad más grande del planeta y decenas de “pequeños” proyectos que seguramente tomarán cada vez más preponderancia operativa y financiera, sobrepasando eventualmente los ingresos que hoy produce mayoritariamente la “aplicación azul” como se le conoce internamente a Facebook.
Es algo como lo que le pasó a Google hace algunos años cuando los “pequeños” proyectos dejaron de ser tan pequeños y dejó de hacer sentido que estuvieran bajo Google y no de forma independiente, proceso que llevó a la creación de Alphabet y a la escisión de operaciones como la de X, Nest, Sidewalk, Deepming, Verily y Waymo, entre otros.
Lo mismo que le pasó a SnapChat que al pasar de ser una simple red social con mensajes que desaparecen se convirtió un compañía de hardware (las spectacles) que le está apostando a la realidad aumentada y por ende cambió su nombre a Snap.
Es posible, entonces, que más que un cambio de nombre, lo que veamos es una recomposición organizacional de la holding dejando a Facebook en el mismo nivel que Instagram, Messenger, WhatsApp y Oculus con una casa matriz que sea más libre de perseguir otros intereses más allá del emproblemado mundo de las redes sociales.
Esa nueva estructura le permitiría a la compañía enfocarse en el nuevo sueño de Mark Zuckerberg: el Metaverso, del cual ha venido hablando incansablemente y en el cual vemos muchos esfuerzos de la compañía enfocados (no en vano la compañía compró Oculus, hace poco lanzó una gafas inteligentes, y recién lanzó una solución de realidad virtual para la realización de reuniones llamada Horizon Workrooms).
Ah! y no se nos olvide Diem (antes Libra).
Pero hay otro tema que empata con esta iniciativa de forma casi que perfecta: los problemas de Facebook con las autoridades en varios países. Problemas que pueden llevar a que los legisladores pidan que Facebook venda operaciones como Instagram o WhatsApp pero que con una estructura como la que hemos hablado puede o ser más fácil o desaparecer, si es que estas divisiones se vuelven compañías independientes.
Y, además, separar el nombre de Facebook del nombre de la nueva iniciativa del Metaverso, de la cual la compañía anunció quiere contratar 10 mil desarrolladores en Europa, serviría para comenzar con un clean slate en el que los problemas de privacidad del primero no se asocien con el segundo.
Ahora tenemos que esperar a ver si el 28 se da el cambio el nombre y cuál será la nueva estructura.