Hasta hoy en el mundo de los dispositivos vestibles el rey se llama Fitbit. Ya hemos hablado acerca de Fitbit en el pasado. Hemos usado sus productos y estamos convencidos de que son extraordinarios. Pero el último trimestre de resultados de esta empresa resultó ser preocupante. Fitbit se quedó corto en sus estimados de ingresos y ha prevenido a los mercados financieros que la situación no se ve muy prometedora. La acción de Fitbit obviamente ha sido duramente castigada.
En realidad no hay nada malo en los dispositivos de Fitbit. Cada año, la empresa libera nuevos modelos que han sido muy bien recibidos por el mercado. Los nuevos modelos, Alta y Blaze han mejorado susceptiblemente las capacidades de los modelos anteriores. No me cabe duda de que los nuevos Fitbit son las mejores pulseras para medir actividad física. Pero ese, creo yo, es su principal problema.
Me pareciera vivir un deja-vu. Recuerdo cuando hace 10 años el mercado de los mp3 players se empezó a deteriorar. El enemigo en ese entonces eran los smartphones. Quienes defendían los mp3 players decían que los smartphones jamas podrían reemplazar la calidad de sonido y las características del iPod. Hoy la industria de los mp3 es un pequeña estadística y los smartphones son el mayor mercado tecnológico del planeta.
El mayor problema de Fitbit es el éxito del Apple Watch y otros smartwatches. Aunque los Fitbit sigan midiendo la actividad física con mayor exactitud y mejores características, los smartwatches ya son lo suficientemente buenos para la gran mayoría de los usuarios. Y los smartwatches, al tener otros casos de uso adicionales, pueden hacer economías de escala que los Fitbit no.
Como usuario de Fitbit debo decir que me entristece que la compañía se deteriore. Reitero que sus productos pueden ser algunos de los mejores que haya usado en el pasado. Pero creo que a menos de que reestructuren su operación se van a convertir en un jugador de nicho con capacidades muy limitadas.
