Todos sabemos que Google no es una compañía tradicional. Sus fundadores, su negocio, sus opiniones, su visión del futuro han cambiado radicalmente el “establishment” creado por las compañías tradicionales norteamericanas. Y aunque hoy Google ya no es uno de los chicos, y se parece más a Oracle o a IBM que a Twitter o a Zynga, parece que sus fundadores quieren darse un nuevo aire como startup, cuestionando el status quo y enfocándose en su espíritu de startup.
Una de las noticias más sonadas de la semana tiene que ver con el Split de Acciones que han propuesto sus fundadores.
En la conferencia de resultados del último trimestre (del cual se destaca un crecimiento de 60% en ingresos y 24% en Utilidad Bruta), Larry y Sergei anunciaron una emisión de un nuevo tipo de acciones de la compañía (Clase C) por medio del cual se hará un split de las acciones actuales.
En este sentido, por cada acción en el mercado se emitirá otra que a diferencia de las existentes no tendrán derecho de voto. La participación accionaria actual seguirá igual para todos los inversionistas pero su derecho de voto será reducido a la mitad automáticamente.
Si bien no es la primera vez que se usa un modelo de acciones preferenciales, acciones ordinarias y acciones sin voto, el mismo es usado muy limitadamente por parte de compañías familiares y nunca en una escala tan grande como la que generará en Google y eso ha causado preocupación entre algunos de inversionistas institucionales.
Sin embargo, la verdad es que el mecanismo sirve para separar dos aspectos fundamentales de la relación entre inversionistas y fundadores de una compañía: por un lado el rendimiento financiero de las inversiones – el cual quedará intacto y por otro el poder de decisión sobre la operación de la compañía.
El Fundador de una compañía generalmente piensa en el mediano y largo plazo y busca implementar su visión para lograr el éxito de la compañía. Por su parte, Wall Street ha demostrado estar interesado sólo en el corto plazo y los inversionistas quieren retornos y resultados en plazos de tan sólo 3 meses.
Todos sabemos que al invertir en Google se invierte en Larry y Sergei, al igual que al invertir en Facebook se hará en realidad en Mark Zuckerberg y su equipo gerencial y por lo tanto no debería generar tanta controversia que ellos quieran proteger su capacidad de decisión e injerencia sobre los aspectos operativos de sus compañías.