Hace unos días Nabih escribía sobre la cantidad tan absurda de filtraciones que hemos visto previo al evento de Apple de mañana y soñaba con que todo fuera un plan orquestado por el mismo Tim Cook para entretenernos con lo obvio mientras detrás de la cortina se prepara un One More Thing épico (ojalá sea así).
Sin embargo, la filtración de la versión GM de iOS 11 de este fin de semana, que a todas luces parece haber sido un acto malintencionado de un empleado de la propia compañía (la BBC y Mark Gruber así lo han catalogado), me ha puesto a pensar si esto hace sentido.
Y es que el fanatismo casi religioso de los fans de Apple y la lucha a muerte por clics de los medios (tradicionales y no tradicionales) ha hecho que analistas de wall street, periodistas, bloggers y hasta personas del común hagan lo que sea por conseguir la “chiva”.
Así, hemos visto piezas de los equipos que los ensambladores de FoxConn en Shenzhen han sacado de la planta dentro de su cuerpo, fotos secretas de los procesos de ensamblaje, código fuente del software que operará los dispositivos y hasta prototipos in-the-wild, como ocurrió con el famoso iPhone 4 hace unos años.
Si bien Android es el rey del mercado de smartphones, lo es por la inmensa cantidad de fabricantes (más de mil) que producen referencias con dicho sistema operativo (más de 5,000) pero el iPhone sigue siendo el modelo más vendido en el mercado y el smartphone más vendido de la historia (dicho por @Innovandres, no por mí – el 1 y 2 de la lista no son smartphones). Y sigue siendo el referente contra el que toda la industria se compara. Solo hay que ver que en cada lanzamiento de cualquier smartphone se habla del próximo iPhone-killer para entender la importancia que tiene el dispositivo.
Es claro que para el fabricante las filtraciones son malas:
- Impactan negativamente las ventas de productos actuales, como ha pasado con el iPhone 7s / 7s Plus, algo que el mismo CEO de Apple ha confesado.
- Impactan el lanzamiento del producto, cambiando el tono del cubrimiento del mismo de “esto es lo que se está lanzando” a “se han confirmado los rumores”.
- Impactan el momento “Wow” que todo fabricante quiere lograr con sus nuevos productos.
- Impactan los esfuerzos de mercadeo, de operaciones, de desarrollo, de seguridad y de diversas áreas de la empresa para quienes el trabajo será, sin duda, cada vez más complejo, en especial en una compañía como Apple que durante años ha jugado con el secretismo como parte de su mercadeo.
Ahora bien, ¿impacta al cliente final? En principio uno pensaría que sí pero viendo lo ocurrido este fin de semana creo que el impacto es más positivo que negativo, en especial para los más fanáticos. Déjeme le explico mi raciocinio:
Aquel que no es tan fan no se va a enterar de casi nada, ni siquiera al momento de la compra del nuevo dispositivo (para nadie es un secreto que el usuario promedio no usa ni el 20% de las funcionalidades de sus equipos).
Aquel que sí es fan, ese que tiene el evento de lanzamiento marcado en su calendario, que tiene su agenda separada para verlo (a veces inventándose una reunión por fuera de la oficina a esa hora), el que ya tiene la plata en un sobre o el cupo en la tarjeta de crédito separado para comprarlo, ese sí entera de cada filtración, de cada rumor y de cada nuevo detalle. Pero al contrario de lo esperado, cada migaja de contenido que recibe le genera más ansiedad e interés de ver el producto final, el demo real, el lanzamiento del producto, el oficial.
Así lo hablábamos con Alvaro Dávila de NTN24 esta mañana. Si algo han logrado las filtraciones de los últimos días es amplificar la expectativa de lo que veremos mañana en el escenario del teatro Steve Jobs en el nuevo Apple Park. Si algo ha generado taaaaaaaaanta especulación y rumor alrededor del iPhone X es multiplicar cada dólar que Apple esté invirtiendo en la promoción del lanzamiento por mil.
Solo falta mirar cómo las búsquedas asociadas al iPhone, si bien tienen picos específicos, no solo se mantienen sino que crecen año tras año.
Porque el interés es tan alto, la expectativa es tanta y la esperanza es tal que cualquier rumor, por pequeño e insignificante que sea, es como oxigeno para un fuego que seguirá creciendo hasta que la gente tenga el equipo en sus manos.
Solo esperemos que no Apple no nos defraude mañana.