John Sculley tiene el privilegio de ser recordado como el personaje que despidió a Steve Jobs de su propia compañía. Pero además, es el responsable de la cuasi-aniquilación de Apple entre 1983 y 1993 debido a su espíritu “corporativo” y falta de visión. Apple sobrevivió en parte debido al regreso de Jobs a la compañia tras la adquisición de Next y el resto es (por ahora) historia.
Sculley ha estado lejos de los titulares y del mercado de tecnología de consumo desde el siglo pasado, reapareciendo hace un año como el líder de un consorcio interesado en adquirir partes del negocio de Blackberry, negocio que nunca se concretó.
Ahora Scully vuelve con toda con la más grande de las intenciones: entrar al mercado de smartphones a competir con gigantes como Apple y Samsung.
Si. Casi destruye a Apple y ahora quiere Competir con Ella.
Obi Mobiles lanzó la semana pasada en Singapore una línea de smartphones de gama baja, con precios que oscilan entre los US$ 70 y US$ 200, enfocados en el mercado de los jóvenes muchos de los cuales “aspiran a tener un iPhone por que es un hermoso producto, pero no tienen los cientos de dólares que cuesta”, según dijo Sculley en una reciente esntrevista.
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La compañía ya vende sus productos en India y el Medio Oriente y entrará oficialmente al mercado asiático vía Singapur el próximo 11 de Noviembre. El plan es ampliar sus operaciones hacia el Sureste Asiático, Europa Oriental, Africa y América Latina donde los consumidores son más conscientes en temas de precio pero igual de exigentes en temas de diseño y performance que en las economías industrializadas y en donde se están viendo las mayores tasas de adopción de smartphones.
El gran reto para Sculley no será Apple. Ni siquiera será Samsung. El gran reto será cómo competir con Xiaomi, Lenovo y Huawei que han venido creciendo radicalmente en los últimos años gracias a una mezcla de diseño, performance y precios bajos, al igual que con la iniciativa de OnePlus de Google, recientemente lanzada en la India, con decenas de compañías adicionales que le están apostando a la misma estrategia y en la cual el 95% de ellos se quebrarán.
Las apuestas están abiertas. La mía es que este será otro fracaso en la carrera de Sculley. Y ustedes, que opinan?