Uno de los pocos puntos brillantes del actual gobierno ha sido su gestión de la industria de la tecnología. A través del Plan Vive Digital se han cuadruplicado las conexiones a internet. Los precios de los dispositivos se han estabilizado cerca de los promedios internacionales y se ha dispuesto de la infraestructura necesaria para que todo el país esté conectado a través de conexiones de alta velocidad. En ese sentido hay que decir que la gestión del ministro Diego Molano ha sido histórica, para una cartera que generalmente ha estado en el olvido de los planes de gobierno en nuestro país.
Qué es el Plan Vive Digital?
Si no está familiarizado con el Plan Vive Digital, su premisa es la de lograr crecimiento económico a través de la adopción generalizada de tecnología en el país. El plan, que ha sido premiado en numerosas ocasiones a nivel internacional, ataca ambos lados del mercado, la oferta con infraestructura y servicios, y la demanda con aplicaciones y apropiación. En total mas de 80 iniciativas componen el plan, que logró y sobrepasó su meta principal que era triplicar las conexiones de banda ancha en el país.
Desde luego, la definición de banda ancha ha sido un poco laxa en ese sentido. Lo que en este país se llama banda ancha, es decir conexiones con velocidades superiores a 512kbps, no es considerado banda ancha en otros lugares. Pero ese es un asunto que no le quita méritos a la gestión del ministerio y de su equipo.
En días recientes uno de nuestros lectores, @juancmonal me pidió que hablara acerca de la dualidad entre cobertura y apropiación. @juancmonal se pregunta si inundar el país de dispositivos o de conexiones mejora la calidad de vida de la gente. Es una preocupación que comparto y me gustaría aprovechar este espacio para expresar mi opinion personal al respecto.
Desde mi punto de vista los logros del Plan Vive Digital provienen de un discurso y una implementación muy bien estructurada desde el Ministerio. No me cabe la menor duda de que el despliegue de la infraestructura y servicios es un paso muy importante hacia adelante en términos del desarrollo del país. Ese es un logro increíble del Ministerio y de su equipo, del cual honrosamente hice parte, hace mas de dos ya. Es claro que sin esa infraestructura no será posible jamás que mejore la calidad de vida de los ciudadanos, con o sin dispositivos.
Hay una evidente razón para que el plan sea comprehensivo, es decir que también incluya la demanda. No es suficiente con la infraestructura y la oferta de servicios únicamente para lograr el objetivo del Plan. Los usuarios necesitan razones tangibles para usar la tecnología como parte de su vida diaria para que haya un efecto real en términos de calidad de vida.Sabemos que hay un equipo trabajando en el Plan Vive Digital 2, y quiero suponer que está tratando de resolver este problema.
Ahora bien, a pesar de los esfuerzos en comunicación, educación y apropiación del Ministerio, de las convocatorias masivas de apps.co, de los grandes eventos como Colombia 3.0, el país no se despierta ante las posibilidades que ofrece la tecnología.
El Plan Vive Digital no funciona por si solo
Desde luego siempre se puede decir que el gobierno puede hacer mas en este sentido, y los medios podemos dar palo sin agüero por las omisiones y errores en la implementación de algunas iniciativas. La realidad es que apropiar a un país que históricamente ha vivido sin tecnología es tortuoso y demorado. Sucede con mayor razón porque vivimos en un país que es inherentemente desconfiado. Podemos comprar por internet, pero no lo hacemos porque desconfiamos del vendedor, de la seguridad de las tarjetas, del envío de las mercancías, etc.. Pero sucede con mayor razón porque si bien la infraestructura tecnológica se ha desplegado, los retrasos en la infraestructura física no permiten aprovechar las ventajas del internet. Nada logra un campesino que vende su cosecha por internet si no la puede enviar porque la carretera está cerrada por el invierno. Los niños pueden tener tabletas, pero sin un aula o un profesor o una nueva metodología educativa no va a mejorar el nivel educativo. Los ciudadanos podrán pedir citas médicas por internet, pero uno se pregunta a cual hospital y cuántas horas tendrán que trasladarse para recibir los servicios de salud. Es necesaria primero una infraestructura básica mínima para que luego se puedan aprovechar la eficiencia y posibilidades que traen los modelos de negocio basados en internet. Sin Fedex o UPS, Amazon no hubiera podido funcionar exitosamente. En Colombia enviar algo por correo o paquetería es un acto de fe, no es extraño que el comercio digital siga estancado. Los peajes electrónicos funcionan perfectamente en casi cualquier país del mundo menos Colombia, en donde la comisión bancaria mínima se lleva cualquier ingreso que pueda tener el concesionario, pues increíblemente la comisión es mas costosa, que operar la caseta con un empleado.
El emprendimiento nacional es decepcionante
Con Samir Estefan (@samirestefan) hemos tenido largas discusiones acerca de la calidad de los emprendedores nacionales. A este punto ambos concordamos en que los emprendimientos nacionales son decepcionantes. No decepcionan por la calidad de los emprendedores, ni por su disposición e ideas. Decepcionan porque sus objetivos no corresponden a la realidad del país. Si las estadísticas del ministerio son ciertas y tenemos cerca de 10 millones de conexiones de banda ancha, nuestro mercado podría ser de unos 20 a 25 millones de usuarios, que no es para nada despreciable. pero en Colombia insistimos en hablar de un mercado pequeño. Sucede porque las ideas y desarrollos están dirigidos al mercado monetizable de inmediato, la punta de la pirámide donde hay muy pocos usuarios. Hace falta alguien que genere una visión de futuro. Ese elemento lo debería proveer en parte el gobierno, a través de los planes de desarrollo, pero principalmente debería ser lo primero que pone un mentor en la mesa de un emprendimiento. La red de mentores es crítica para esto. Desgraciadamente está mas interesada en aplicar a las ayudas e incentivos del gobierno que en ser una verdadera ayuda al emprendimiento nacional. Y ahí es donde estamos enredados.
Necesitamos visionarios
En países y zonas geográficas innovadoras como Israel y Silicon Valley esa visión la proveen los inversionistas profesionales, quienes descartan rápidamente lo que no esté alineado con su visión. En el gobierno, con algunas excepciones muy contadas se carece de esa visión. En nuestros fondos de inversión, y en las entidades de fomento, tampoco se ha desarrollado ese conocimiento. Quienes colocan recursos lo hacen desde el estómago de los expertos. El reto futuro es desarrollar esas capacidades. No es fácil. Estuve a cargo de desarrollar la industria del capital de riesgo desde el MinTIC y fracasé rotundamente. Los estudios legales que avalaban el diseño original de apps.co, cuyo objetivo era ese, se desaparecieron misteriosamente, y claramente no había voluntad gubernamental de invertir recursos a riesgo en aquel momento. Curiosamente hoy los recursos se entregan a pérdida a emprendedores y empresas, que desde mi punto de vista es una peor situación, pero esa es la realidad del asunto en este país. Es preferible regalar que impulsar, no queremos problemas con la ley.