En el 2006 Steve Jobs apostó el futuro de su compañía en algo que nadie había hecho hasta entonces: lanzar un computador de bolsillo que, además, pudiera hacer llamadas (ese fue el gran éxito del iPhone; que no era otro teléfono más que podía enviar y recibir y correos sino un computador que desmaterializó, entre muchos otros objetos físicos, el teléfono).
Y aunque pudo haber fallado por mil y una razones el iPhone ha sido la apuesta más exitosa, no sólo de la Apple, sino tal vez de la historia corporativa moderna.
Ahora, con el paso de Intel a Apple Silicon en sus computadores, Tim Cook se apresta a tomar el riesgo más grande su carrera (incluso más que cuando decidió irse para Apple cuando esta estaba al borde de la quiebra) y la mayor apuesta de Apple desde el lanzamiento del iPhone.
Y no es que el equipo de Apple no sepa lo que hace. Al fin y al cabo desde la introducción del iPad original hace 10 años, el cual incluía el chip A4, la compañía ha venido diseñando sus propios procesadores y hoy los vemos en todos en sus productos: en el iPhone, en el iPad, en el Apple Watch, en los AirPods, en los HomePods y hasta en los Macs, en donde al lado de los procesadores de Intel ya tenemos los Chips T2.
Pero nunca nadie ha intentado hacer lo que Apple quiere hacer con el chip M1 en la escala que la compañía lo está pensando.
¿Por qué tomar el riesgo?
Porque de funcionar, los beneficios serán ENORMES. Mire esta imagen, tomada de la presentación de hoy:
En un board normal de un Macbook actual, hay miles de millones de transistores y cerca de 6 “procesadores” que realizan actividades de procesamiento en paralelo, que requieren copiar información del uno al otro y que trabajan en tandem (en esa imagen falta la GPU).
El chip M1 los reemplaza a todos, con un chip que es integrado, en el que la memoria se comparte, mucho más rápido y con un mejor consumo de energía. Un chip que puede cambiarlo todo.
Un chip basado en arquitectura de 5 nm, con 16 mil millones de transistores, con un CPU de 8 cores, con un GPU de 8 cores, con un motor neuronal de 16 cores, con el secure enclave integrado y con una arquitectura de memoria unificada.
El Resultado
El resultado es un chip cuyo procesador es el doble de rápido y que consume 1/4 de lo que consume un procesador Intel, con una GPU que corre a más del doble y con un consumo de 1/3 del actual.
Chips que permitirán ofrecer en dispositivos como el MacBook Air o el MacBook Pro capacidades de procesamiento que hoy no existen en ese form-factor, duraciones de batería de hasta 10 horas adicionales a las que ofrecen los dispositivos y un funcionamiento más eficiente.
Chips que le permitirán a Apple tener control total del stack de hardware, software y servicios y experimentar con nuevos factores de forma, diseños y form-factors.
El Riesgo
El riesgo no está en el performance. Creo que esa parte está cubierta por la experiencia del iPhone y del iPad, aunque el caso de Microsoft y su fallida incursión a ARM debe servir de advertencia.
El riesgo real está en la compatibilidad de las aplicaciones de terceros. Está en que otros desarrolladores no quieran reescribir sus apps para correr sobre Apple Silicon. En que la gente le tema al cambio y no compren los computadores con el Chip M1 sino que se queden con los de Intel y que la plataforma no despegue.
Pero ahí es donde vendrá la magia de Apple.
Una Conversación Cortica sobre el Tema
Y bueno, terminado el evento decidimos digerir las noticias en conjunto, con una pequeña conversación de lo que significan los anuncios del Chip 1 y los nuevos MacBook Air, MacBook Pro y Mac Mini tanto para la compañía como para los usuarios.