Si le muestro uno de estos puntos, o un pequeño grupo de ellos, es posible que usted no logre discernir o identificar a qué corresponde.
Pero entre más puntos tiene, si los junta y los correlaciona, si los agrupa y los ve como un todo la cosa cambia. En el dibujo de arriba es fácil comenzar a ver un patrón e identificar a la Mona Lisa. Lo mismo pasa con la inmensa cantidad de información que compartimos a diario en nuestras redes sociales: pequeños puntos -migajas- de una historia que nos hace lo que somos y que, para bien o para mal, nos puede ayudar a identificar.
Y eso es precisamente lo que hacen los ciberdelincuentes. Toman cada una de unas migajas, las juntas, las correlacionan y crean un perfil completo con el que pueden suplantarnos, robarnos y engañar a nuestros ser queridos. La semana pasada me topé con este video del Authority for Info-communications Technology Industry of Brunei Darussalam (AITI), que me llamó mucho la atención por la simplicidad con la que muestra ese proceso de recabar información que realizan los ciberdelincuentes y que termina permitiéndoles suplantar a la víctima.
Este video ilustra muy bien los peligros de compartir demasiada información en las redes sociales.
Créditos: Authority for Info-communications Technology Industry of Brunei Darussalam (AITI) pic.twitter.com/L0H0b0H8Ty— Daniel Monastersky (@identidadrobada) January 21, 2023
Y me gustó porque nos aplica a todos: jóvenes y viejos, que compartimos pedacitos de nuestras vidas en redes sociales -las nuestras o las de nuestros amigos y conocidos- y en la exponemos esos puntos o migajas con las que los malos pueden hacer de las suyas. El cibercrimen sigue en aumento y cada tanto es importante recordarnos que es nuestra responsabilidad cuidar de nuestra información porque, al fin y al cabo, es el activo más valioso que tenemos.