NEl equipo de Reed Hastings termina el año demostrando, nuevamente, por qué Netflix es lo mejor que le ha pasado a la televisión desde la invención misma de la televisión.
La constante innovación, la lucha contra la fricción en el “viaje del cliente” (aquí hay otra compañía que lo hace muy bien en otra industria), los contenidos originales, diversos y arriesgados y una experiencia de consumo muy superior a la de la televsión lineal y a la que ofrecen – por ahora – los demás competidores de contenido de video digitales, han llevado a que Netflix no solo haya acabado con Blockbuster sino a que se haya convertido en el referente de la industria.
El lanzamiento, a pocos días de terminar el 2018, de Bird Box (que fue vista por más de 45 millones de cuentas – ojo que en una misma cuenta puede haber hasta 6 usuarios – en su primera semana) y de Black Mirror: Bandersnatch, la primera película en la que los espectadores escogen el camino de la historia de manera interactiva hacen que Netflix comience, con una ventaja competitiva importante, el 2019.
El 2019 traerá el mayor reto en 10 años para Netflix
El lanzamiento del servicio de streaming propio de Disney (dueño de franquicias tales como Pixar, Marvel, Lucasfilms y demás) cambiará radicalmente el panorama de las plataformas de streaming a nivel mundial y pondrá presión no solo en la consecución de nuevos usuarios – que tendrán más opciones para escoger que nunca y que tendrán que tomar la decisión de por cuál(es) de ellas pagar – sino en la protección de los actuales si es que el contenido actual de la plataforma comienza a fragmentarse.
El truco de subir los precios , que ha funcionado en años anteriores, posiblemente ya no servirá, por más contenido único que ofrezca la plataforma.
Veremos, sin duda, una guerra de precio y de contenido que pondrá presión sobre el bottom line de los resultados financieros de la compañía.
Netflix es una de las pocas compañías de tecnología norteamericanas que termina el año viendo el precio de su acción subir (+27%), a pesar de la caída que ha tenido el precio en los últimos 6 meses, el cual parece ser el resultado del errado manejo macroeconómico de la administración Trump y no de los resultados propios de la compañía.
Y esto puede ser una ventaja para Hastings y su equipo. Comenzar en un nivel tan bajo comparado su punto más alto del año puede eliminarle algo de presión por parte de los inversionistas y analistas y darle maniobrabilidad en el corto plazo.
Por otro lado, la adopción de políticas impositivas que estudian implementar, o están implementando, varios gobiernos a nivel mundial de seguro impactarán la decisión de mantener el servicio para un grupo de usuarios importante por fuera de Estados Unidos, el mercado de donde ha venido el crecimiento de la compra en los últimos años.
Y esto es lo importante. Más allá de cualquier otra variable, Wall Street lo que mira es el número de abonados que reporta, trimestre a trimestre, la compañía y la mezcla de mayores precios (por los impuestos) + mayor competencia + contenido fragmentado puede impactarlo de manera importante.
Hastings quiere reinventar, OTRA VEZ, la manera en como “vemos televisión”. Pero tendrá que hacerlo esta vez con viento en contra y tratando de manejar una cantidad de variables cada vez más compleja y volátil.