Debo confesar que no estoy listo para el Mundial. Por lo menos esa es mi conclusión luego de los partidos de fogueo de la semana pasada. Y no estoy listo porque me di cuenta que en mi televisor actual no voy a ver con el detalle que merece un evento de esta magnitud.  

No es justo con quienes invertirán miles de millones de dólares en una cobertura sin precedentes, con cámaras en diferentes ángulos, señal en altísima definición y la posibilidad de guardar, repetir y ver cada toma casi que desde el punto de vista de los jugadores.

No es justo con los jugadores que darán lo mejor de sí en la cancha para lograr el tan anhelado trofeo. No es justo con los fabricantes de camisetas que han diseñado unas de las casacas más bonitas que he visto. 

No es justo con los miles de fanáticos que sí irán a Rusia, y a quienes podremos apreciar desde la comodidad de nuestras salas (todavía me acuerdo de un letrero en la inauguración el mundial de Sudáfrica que decía “mamá no estoy en Cuernavaca” y me da risa). 

No tengo un televisor apropiado. Esa es la realidad ¡Es hora de comprar un televisor! 

Pero, ¿qué me compro?,o mejor, ¿qué debería tener en cuenta a la hora de buscar que comprar?

Es una ecuación medio tricky (más porque no soy eeeeeel experto), pero creo que involucra distintas variables: precio, calidad de imagen, tipo y tamaño de la pantalla, calidad del sonido y entradas (cantidad y tipo).

La excusa es el Mundial (eso le diré a mi esposa), pero la verdad es que será la pantalla para ver otro contenido, por lo menos por 4 años más. Desde televisión en formato no lineal hasta videojuegos, pasando por el contenido en video que crece exponencialmente en las redes sociales. 

No me siento preparado para tomar una decisión de este calibre sin ayuda. No solo por el costo de un equipo de estos, sino por el compromiso que uno adquiere con un dispositivo que tendrá por lo menos por los próximos 1500 días.

Así que le preguntaré a mis amigos, haré un podcast del tema y una encuesta en Twitter, Facebook e Instagram para ver qué opinan los que saben. Y saldré a la calle a mirar, a tantear, a evaluar porque esta vez sí me voy a comprar el televisor que me merezco.

Lo invito a que me acompañe en este viaje, me de su opinión y me ayude a escoger el mejor televisión para mi caso de uso.