Si nota que sus amigos brasileños no le contestan sus mensajes de WhatsApp, no se moleste con ellos. Una orden judicial obligó a todos los operadores de internet de ese país a bloquear WhatsApp.
No hay mayores detalles acerca de las razones para el bloqueo. La corte de Sao Paulo que emitió la orden, declaró en un mensaje que los dueños de WhatsApp habían ignorado dos ordenes judiciales para entregar información. El asunto parece estar atado a una investigación criminal no resuelta.
En el entretanto el gran beneficiado de este rollo es Telegram. En el último día mas de 1.5 millones de brasileños han bajado la aplicación de los almacenes de Android y Apple. Se calcula que WhatsApp es utilizado diariamente por 93% de la población brasilera conectada, o sea casi 100 millones de personas. Telegram debería llegar a cerca de la mitad de esa cifra durante este fin de semana.
Nos preguntamos si usar una aplicación por un fin de semana es suficiente para hacernos cambiar
Durante dos días un buen número de usuarios instalarán y usarán una nueva plataforma. ¿Será suficiente tiempo para convencerlos de cambiar? Creemos que la base de usuarios de WhatsApp es lo suficientemente grande como para sostener su momento, a pesar del bloqueo. Pero dependiendo de la oferta de valor de Telegram, si es posible que algunos usuarios hagan la migración. Es, en definitiva un juego de volúmen de usuarios.
Como usuarios, lo que menos queremos es manejar una multitud de servicios. Mi gran molestia con WhatsApp es que no esté disponible con su oferta de valor completa en mi tablet y computador, frente a cuyas pantallas paso un buen tiempo cada día. Si Telegram es capaz de suplir esa necesidad, y muchos de mis contactos lo usan, podría cambiar sin pensarlo.
También esta el problema de privacidad. ¿Puede (y debe) un gobierno obligar a las empresas a entregar nuestra información privada?
Hace algunos días escribía que el mayor enemigo de la tecnología son los políticos. Su afán de controlar todos los aspectos de la seguridad y vida diaria, sin entender las implicaciones de sus decisiones, dañan la experiencia de usuario. El impacto económico y social de una decisión como bloquear WhatsApp puede ser gigantesco.
WhatsApp no se usa únicamente para conversar casualmente. Evito referirme a aquellos casos en los cuales WhatsApp se usa para emergencias, por considerarlo casuístico. Pero puedo hablar de algunos negocios que dependen de las comunicaciones a través de esta plataforma para funcionar. Con su decisión, la corte brasileña no está generando un ejemplo, está bloqueando la productividad de una buena parte del país y causando gastos de tiempo y dinero innecesarios a mucha gente.
Me perturba aún mas el hecho de que “big brother” está vigilando todo lo que escribimos en nuestras plataformas de mensajería. Ya sea porque tenemos secretos, o porque lo que escribimos pueda ser sacado de contexto y usado en nuestra contra.
El precedente de la corte brasileña es preocupante y molesto a la vez. ¿Que piensa? ¿Está de acuerdo con la corte? ¿O prefiere la privacidad? No olvide dejar un mensaje entre los comentarios o a través de la redes sociales.
