En Facebook, una amiga me invita a probar a participar en un experimento de Google: Predecir mi futuro.
Claro yo ni corta ni perezosa hice click, le hago una pregunta a Google, finalmente si puede predecir con una precisión increible que estoy buscando, seguro puede predecir el futuro.<br /><br />Y claro, que le pregunté….Y claro que me respondió. Y la respuesta me dejo boquiabierta.
Lejos de ser una pitonisa, mi amiga es científica, si científica, trabaje en un laboratorio descubriendo nuevas formas de analizar el cerebro.
Y lejos de ser un adivinador, Google es una de las compañías más poderosas del mundo. Su poder, como el de mi amiga, está basado en el conocimiento, en la capacidad de predecir y de ayudarnos a entender.
La historia de Google empezó con un famoso:“Don’t do evil”, no hagas el mal. Uno hoy podría discutir horas si Google hace o no el mal. Si el mal es para todos los que no trabajamos en Google y somos usuarios de sus servicios, o si….Pero no!
La invitación es que dejen que Google les prediga su futuro, y para que hoy reflexionemos sobre lo que significa estar donde estamos, ser lo que somos. Y sobretodo para que actuemos sobre lo que está mal.