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Primero LastPass y ahora Spotify(?): llegan las restricciones del modelo Freemium

Se avecinan cambios importantes al modelo freemium que tanto éxito ha tenido desde hace una década. Llegó la hora de pagar

Ah. El modelo freemium. Ese que ha permitido que millones de usuarios puedan utilizar y enamorarse de servicios como Dropbox, Hootsuite, MailChimp o Evernote.

Ese mismo modelo que le ha permitido a los dueños de dichos servicios crecer exponencialmente en usuarios y mostrar la tracción suficiente para cerrar rondas de capital o, incluso, salir a la bolsa. Durante la década pasada no parecía haber posibilidades de competir en la revolución digital sin un modelo freemium.

Esa “pruebita” ofrecida por los planes freemium ha sido utilizada, una y otra vez, para convertir leads en clientes pagos.

Mire, por ejemplo, el caso de MailChimp: un año después de introducir su plan gratuito, la compañía reportó un aumento en clientes pagos de 150% y uno en utilidades de más de 600%.

Pero, ¿qué pasa cuando los usuarios se quedan en el tier gratuito para siempre?

Ese es el dilema al que se están enfrentando compañías como LastPass quien en las últimas semanas ha tenido que anunciar restricciones a los planes gratuitos que ofrece y que busca que un porcentaje de esos usuarios que hoy gozan de los servicios pero no pagan por ellos hagan el cambio y comiencen a generar dinero. Usuarios que ya probaron, vieron que les gustó, pero no han querido comprometerse con un pago.

O mire el “va y ven” en el caso de Spotify quien en un comienzo restringió el streaming de contenido de las cuentas gratuitas a speakers externos, luego dijo que era un bug y ahora parece indicar que será una limitación que llegará pronto.

Y no es que LastPass o Spotify quiera echar a esos usuarios de sus plataformas, ni que les vaya a restringir las funcionalidades por completo. En ambos casos lo que estamos viendo son cambios que hacen sentido. Cambios que limitan algunas de las funcionalidades más avanzadas ofrecidas por ese plan gratuito y crean una motivación para el pago.

En el caso del LastPass la compañía ha anunciado que si los usuarios quieren sincronizar sus claves en más de un tipo de dispositivo tendrán que optar por uno de los planes pagos. Es decir, si usted quiere usar el administrador de claves en más de un computador puede quedarse en el plan gratuito pero si quiere usar la sincronización entre computadores y smartphones tendrá que escoger uno de los planes pagos.

En el caso de Spotify, la compañía sigue reportando pérdidas (€125 millones en 2020) a pesar del crecimiento de 27% en sus usuarios. El caso es que menos de la mitad de esos clientes pagan por su suscripción y muchos de lo que lo hacen tienen planes promocionales con precios reducidos. Spotify no tiene más remedio que incrementar sus ventas bien sea con la consecución de nuevos usuarios o con la monetización de los actuales.

Lo más complejo es que esto está ocurriendo en un momento en el que el grueso de la industria está cuestionando si el modelo de vive de publicidad personalizada a partir de la recolección y venta de la información de los usuarios tiene futuro. El cambio en el funcionamiento de iOS, el cual limitará la capacidad de las apps de utilizar mecanismos como el IDFA del dispositivo y las crecientes investigaciones gubernamentales en contra de Facebook y Google han puesto en entredicho este modelo de negocios y obligará, tarde o temprano, a un replanteamiento de los modelos de ingresos en el que seguramente se aumentará le presión de caja de las empresas, las cuales tendrán que restringir al máximos los freebies y tendrán que conseguir modelos de monetización más efectivos.

Así que le gusta un servicio y lo encuentra útil, deje de ser líchigo y prepárese para pagar.

 

 

 

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