No me cabe duda: Amazon destruirá a todos los retailers electrónicos en Colombia.
Y lo hará porque los comercios locales siguen entender algo de lo que hemos hablado –una y otra vez– aquí en TECHcetera: la importancia de la última milla.
¿Cómo es posible que llegue más rápido un producto que uno compra en Estados Unidos a Amazon que aquel que uno compra a uno de retailers más grandes del país? ¿Cómo es posible sea más rápido esperar que ese producto llegue desde el exterior a su casa que la opción de “recoger en tienda” que ofrecen grandes cadenas como Homecenter?
Es como si los latinoamericanos no quisiéramos entender que más allá del mercadeo en línea y la explotación del social media con fines comerciales, que más allá de una página responsive y la posibilidad de pagar con diferentes medios de pago, la expectativa de compra está basada en una necesidad puntual o en un impulso específico que no pueden ser suplidos 15 días después.
Uno de los grandes secretos de Amazon, y de cómo ha puesto de cabeza el comercio en Estados Unidos, tiene que ver con el 2-Day Delivery que poco a poco a bajado a Same-Day Delivery y que en algunos casos -como el de Amazon Fresh- ya va en tan sólo 2 horas.
Piénselo. Mientras que en Estados Unidos un cliente que compra algo en Amazon lo recibe el mismo día, en Colombia un cliente que le compra un producto a Homecenter tiene que esperar 14 días para poder recogerlo en la tienda o que le sea despachado a su casa.
Las grandes cadenas de comercio en Colombia siguen atoradas con el tema logístico de entrega del producto (incluso para modelos en los que el usuario recoge el producto en la tienda) y palidecen no sólo vs. lo que ofrece Amazon (8 días enviado desde EEUU) sino vs. lo que están haciendo, incluso, los miles de social sellers que hay en el país.
No es sorpresa, entonces, que el comercio electrónico en el país siga dependiendo casi en un 50% de los días de promociones (esos que parece se inventan cada vez más seguido) para crecer. No es sorpresa que la gente sólo compre en línea (exceptuando Rappi y Domicilios) cuando los retailers se bajan los pantalones y ofrecen descuentos.
Lo peor es que luego, cuando Amazon y Alibaba se hayan apoderado del mercado, veremos a los retailers llorar y a los padres de la patria intentando imponer restricciones e impuestos que premian las ineficiencias de los actores locales y que sólo afectan el cliente.
Es hora de los que retailers colombianos entiendan que el viaje del cliente no se acaba con la venta y que el fulfillment de la promesa de valor incluye la entrega -en un período de tiempo aceptable- y las posventa.