La semana pasada el gobierno presentó al congreso su proyecto de ley “inclusión financiera – pague digital”. A priori uno podría pensar que se trata de una ley mas. Otra de las tantas que presenta el gobierno. Pero a este proyecto de ley hay que prestarle mucha atención porque, bien reglamentado, podría convertirse en una fuente de disrupción para el sector financiero, o cómo mínimo, en la posibilidad de que recibamos mejores servicios de banca electrónica.
El proyecto es extremadamente simple: Se permitirá la creación de un nuevo tipo de institución financiera llamada Sociedad especializada en Pagos, Ahorros y Depósitos.
Bancos especializados en ahorros, pagos y transacciones
Tal vez es más fácil explicar lo que son estas instituciones si decimos primero lo que no pueden hacer. Las sociedades especializadas en pagos, ahorros y depósitos no pueden prestar dinero. Son bancos cuya especialidad es facilitar las transacciones bancarias para sus clientes.
Las sociedades especializadas en pagos, ahorros y depósitos no podrán prestar dinero.
El supuesto que hace el gobierno con esta ley, es que al eliminar el negocio de la intermediación financiera, hay una mayor posibilidad de masificar el acceso a los servicios financieros.
El reto es masificar el acceso a los servicios financieros
En economía se maneja un concepto importante conocido como el multiplicador bancario. No soy economista, así que a lo mejor simplifico demasiado la idea, pero ese concepto consiste en que mientras un peso se encuentre depositado en el sector bancario, es posible que la economía lo use múltiples veces y por ende genera crecimiento económico si es usado de manera productiva.
Así que, en teoría, para generar mas crecimiento en la economía es necesario que haya mas dinero depositado en el sistema financiero. Pero una proporción muy alta de la población no deposita sus ahorros en el sistema financiero. Razones para este fenómeno hay muchas y han sido objeto de estudios a todo nivel. Mi resúmen, algo coloquial, es que poca gente le encuentra algún valor al servicio que ofrecen los bancos. Así la mayoría prefiere guardar su dinero debajo del colchón. Una breve encuesta, nada técnica, entre personas ajenas al sistema financiero: Mi empleada y el celador de mi edificio, me dan una pista respecto a lo que sucede. Según ellos, no tienen cuenta bancaria porque el banco 1. les pide muchos papeles para abrir la cuenta y 2. les cobra un valor demasiado alto por tener su dinero allí.
La primera razón tiene que ver con los requisitos de conocimiento del cliente que exige la regulación actual, y que están siendo atacados directamente por la ley de inclusión financiera. La segunda razón es algo mas compleja, veamos:
Cómo reducir el costo transaccional
Si uno lo piensa con detenimiento, los bancos ya son hoy entidades especializadas en ahorros, pagos y transacciones. Para un banco es mas rentable ofrecer servicios financieros, transacciones y pagos, que ofrecer créditos, que conllevan un riesgo mas alto.
El problema es que los bancos han hecho inversiones muy altas en infraestructura, principalmente oficinas de atención, que requieren muchos empleados y suponen costos de operación muy altos. Deshacerse de esa infraestructura, otrora necesaria, es casi imposible. Hay sindicatos de empleados que lo impiden, promesas de atención y servicio que los requieren y una imagen de solidez que las usa. Pero sinceramente los usuarios no necesitamos ir a una sucursal bancaria a nada. Vamos obligados por una pésima experiencia de usuario ofrecida por las instituciones financieras.
Hace pocos meses hice un rápido estudio para una entidad de gobierno, donde calculé que el 90% del costo de una transacción recae en la persona que atiende al público. Mi cálculo es consistente con el movimiento estratégico hacia la automatización de atención de clientes en todos los sectores.
Si los bancos no estuvieran atados a una red centenaria de oficinas podrían ofrecer sus servicios a un costo muchísimo mas bajo. Es claro que con la creación de estas nuevas sociedades financieras el gobierno apuesta a que quienes ofrezcan estos productos pueden arrancar desde cero, sin las cargas que la infraestructura física existente supone.
La cartelización de los bancos
Me sostengo en mi cálculo. Es definitivamente mas barato atender clientes de manera automatizada. Así, los bancos, al menos los de Colombia, deberían buscar activamente alejar a los usuarios de sus sucursales. Paradójicamente no sucede así. Una mirada rápida los servicios bancarios por internet demuestran que los bancos hacen una tarea, siendo benévolos con nuestras palabras, mediocre.
Y aunque en sus convenciones y reuniones los bancos hablan recurrentemente del dinero electrónico y de la inclusión financiera, con sus actos demuestran lo contrario. Yo estoy convencido que hay un problema de motivación interna. La banca electrónica es el enemigo número uno del status-quo interno del banco. Si se masifica, muchos gerentes perderían su puesto, así que cualquier proyecto que los mejore sufre todo tipo de problemas, discusiones y retrasos. Pero para mi gusto, el mayor problema para la masificación de las transacciones electrónicas es lo que yo llamo la cartelización de los bancos.
Nuevamente, esto jamás lo dirá ningún banco abiertamente, pero creo que entre todos se han puesto de acuerdo para mantener el costo transaccional artificialmente alto. De puertas hacia afuera dicen que pierden dinero por el costo de las inversiones millonarias necesarias para ofrecer transacciones electrónicas. De puertas hacia adentro sabemos que el negocio es tan bueno, y hay para todos, que entrar en una guerra de precios es detrimental para su industria en general. Así que se pusieron de acuerdo para mantener el precio artificialmente alto. El hecho de que mas del 25% de los activos financieros del país sean administrados por una misma persona, solo adiciona a nuestras sospechas. Esa capacidad de lobby de la industria financiera me pone a dudar un poco sobre la efectividad de esta ley.
Dónde puede fallar la ley
Creo firmemente en la buena fé de quienes redactaron y socializaron el proyecto de ley. Yo, personalmente, hubiera prohibido que en las nuevas sociedades financieras participaran los actuales banqueros. Esto con el fin de evitar que se unan al cartel.
Para generar inclusión, necesitamos que el costo de las transacciones baje y ojalá muchísimo. En mi mente, y claramente puedo estar equivocado, su costo debería ser muy cercano a cero. Los administradores de estas sociedades tienen una oportunidad de generar utilidades a través del flotante, los intereses generados por la inversión de los recursos depositados en sus cuentas. Para una persona que gana el salario mínimo, no es posible pagar 5,000 pesos por una transacción.
El gobierno, además, es inconsistente en su legislación. Si quiere impulsar la bancarización, debería desmontar el impuesto a las transacciones bancarias. Juan Manuel Santos lo prometió para subir al gobierno, y una vez allí montado, no movió un solo dedo para hacerlo. Entiendo, aunque no lo encontré en el texto del proyecto de ley, que las transacciones hechas inferiores a un cierto monto estarán exentas del 4×1000. Esperemos que sea cierto.
En últimas lo que quisiéramos es que haya libre competencia y que los servicios de pagos brillen por ofrecer una experiencia de usuario superior a lo que recibimos actualmente. Eso no es para nada difícil.